El primer almuerzo
El primer momentico de los Sanfermines es el almuerzo previo al chupinazo del día 6 de julio. Una cita que nadie perdona. Es tradición juntarse con la cuadrilla o los amigos, pero si no eres de Iruña y quieres participar, es fácil, la mayoría de la gente come en la calle y siempre se encuentra un hueco para disfrutar de unas magras con jamón con huevos fritos o cualquier otra comida contundente que ayude a soportar el día con más fiesta del año pamplonés.
La emoción de la procesión
El día 7 de julio el protagonista es San Fermín y podrás vivir la emoción de ver cómo sale su imagen en procesión y cómo le cantan jotas en diferentes puntos del recorrido. Un momento solemne que sorprende mucho a quienes visitan Pamplona ese día. La vida de este santo está muy ligada a Pamplona. Se cuenta que era hijo de un dirigente romano y fue convertido y bautizado por San Saturnino, el patrón de Pamplona, que no es el primero como mucha gente piensa. En honor a San Fermín se lleva el pañuelo rojo al cuello, ya que este santo murió degollado.
Los favoritos de peques y mayores
Si se quiere vivir un San Fermín en familia, hay un elemento indispensable, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos. Existe una tradición que poca gente conoce fuera de Pamplona, y es que los niños y niñas de la ciudad cuando ya 'se hacen mayores' y no necesitan chupete, se lo regalan a los gigantes el último día de las fiestas. La despedida de la comparsa en la Plaza del Ayuntamiento el día 14 de julio es uno de los momentos más emotivos de las fiestas.
Unos churros en la Mañueta
Saliendo de los actos oficiales, en Iruña no faltan pequeños rituales casi secretos que merece la pena conocer y disfrutar. Uno de ellos es comer unos churros recién hechos en los fogones de leña de Churrería la Mañueta, un negocio familiar que abre solo 14 días al año: la semana de San Fermín, los domingos de octubre y un par de sábados en junio. Este año cumplirán su 150º aniversario.
El Baile de la alpargata
Otro momentico es el llamado 'Baile de la alpargata', que se celebra en la primera planta del Nuevo Casino, mirando a la Plaza del Castillo. Se inició con la costumbre de desayunar chocolate tras el encierro y acabó amenizándose con música y ¿qué pasa en Sanfermines cuando suena la música? Que se incrementan las ganas de juerga y se acabó montando una fiesta mañanera que es ya una tradición. En sus orígenes, los elegantes socios del Nuevo Casino tenían obligación de ir bien vestidos; pero como muchos venían de correr el encierro, venían calzados con sus alpargatas, de ahí el nombre.
El Struendo de Iruña
Otro de esos eventos que no está en el programa oficial y ni siquiera tiene un día fijo es el Struendo, nacido en 1964 cuando un grupo de amigos de la peña Irrintzi tuvo la idea de salir por la noche haciendo sonar bombos, tambores, txistus y prácticamente cualquier cosa que haga ruido. Aunque no tiene día fijo, sí cuenta con una hora fija de inicio, a las 23:59 cientos de personas salen desde Casa Marceliano para recorrer durante horas las calles del Casco Antiguo.
Los toros, el silencio y la luna
Cuando atardece en Iruña, sin horario fijo, pero sobre las 22:30, puedes ver a toros y cabestros correr solos por la cuesta de Santo Domingo a oscuras, prácticamente en completo silencio, solo roto por las varas de los pastores. Es un momento efímero, que dura apenas un par de minutos.
Otros sanfermines diferentes
Aunque quizá no lo sepas, los Sanfermines no solo se celebran en Pamplona, en la bonita localidad de Lesaka también se lanza el chupinazo el 6 de julio. Una de las tradiciones más espectaculares se celebra en esta localidad el 7 de julio: los ezpatadantzaris bailan ese día el 'Zubigainekoa', un baile que simboliza la paz firmada en el siglo XV entre los barrios de Lesaka.
El secreto de los últimos días
Por último, otro de los secretos mejor guardados de los Sanfermines es lo que sucede a partir del fin de semana. La ocupación baja, los hoteles son más económicos y hay más oportunidades de disfrutar la fiesta con tranquilidad y mucha diversión por vivir. Y si quieres más, puedes imitar a Hemingway alargando la estancia con unas vacaciones en Navarra para disfrutar de sus preciosos entornos naturales, su gastronomía y su gente, como hacía el premio Nobel americano tras la semana de juerga. El contraste de la fiesta y la calma, que ofrece el resto de la Comunidad Foral, es también un secreto a voces que queremos compartir con quienes se animen a visitarnos.