La celebración del festival Azkena Rock vino rodeada de polémica en 2017 por la escasa presencia de mujeres en su cartel. La única excepción fue Sally Ann Evans, vocalista de Buck and Evans. “Me pareció mal, pero también pensé que los cupos son una obligación impuesta que puede llegar a ser contraproducente, porque parece que las mujeres tenemos que estar en un escenario para cumplir una cuota en lugar de porque lo valemos”, argumentó Amets Rodríguez, directora de Cultura y Territorio de Emankor Sarea y directora de Bay of Biscay Festival.Por ello, aseguró estar “a favor de la discriminación positiva, hay que poner en valor el papel de las mujeres hasta que se consiga una igualdad y la propia industria tenga una sensibilidad”. En ese sentido, desde su postura como la cabeza visible del festival que lleva celebrándose en Urdaibai -primero en Mundaka y después en Bermeo- desde 2015, expone que en ese entonces, a nivel institucional, ya se preguntaba cuántas artistas había en los carteles de los festivales. “Las que trabajábamos en el sector poníamos el acento también en las profesionales que estábamos detrás del escenario. Ahora es un indicador en el que se empiezan a fijar”, expuso.

La propia Amets Rodríguez es una rara avis dentro del sector. Optó a un puesto de responsabilidad siendo muy joven, con apenas 24 años. “Terminé la carrera y me presenté a una licitación del Ayuntamiento de Bilbao para gestionar Bilborock, una sala de conciertos municipal”, reveló durante el encuentro. “Me vi dirigiendo un equipo que estaba formado desde hacía bastante tiempo, teniendo que liderar. Era joven y mujer. Mis inicios no fueron especialmente fáciles, pero aquí sigo”, visibilizó esta emprendedora. De aquella época, Rodríguez recordó haber acudido a reuniones junto a otro compañero, “unos diez años mayor”, y que se dirigieran solo a él. “La que va a decidir es ella’, tuvo que decir mi compañero en varias ocasiones para que se fijaran en mí. Son cosas a las que no les das importancia hasta después”, expuso.

De hecho, la máxima responsable de Bay of Biscay, consideró que ahora, “por fin”, percibe esa “perspectiva de cambio”. En el caso de su festival, señaló que es diferente a otros. “Tenemos mucha presencia de bandas locales, emergentes y, a su vez, siempre hemos tenido una sensibilidad hacia lo femenino. No por cupo, sino por valores”, explicó Rodríguez. Y añadió: “Los que hacemos cultura con valores sociales tenemos otra sensibilidad que los que van a hacer industria”.

En ese sentido, Rodríguez reconoció que le resulta “frustrante” cuando el sector se junta en la asociación MIE (Musika Industriaren Elkartea), a la que pertenece. “Hay muy pocas mujeres representando a las 30 y pico empresas asociadas. Cuando intentas cambiar las cosas las resistencias se perciben. Es un sector muy entrado en años y muy cómodo”, expuso. En cualquier caso, confesó que es positiva ante un futuro en que observa “mucha gente joven pisando fuerte y con convicción”. Muestra de ello podría ser la Asociación de los profesionales de la música de Euskal Herria, Musikari, que a finales 2020 de cambió su junta directiva para poner a siete mujeres al frente.