Para ejemplificar el tirón del arte vasco, Ignacio Múgica, uno de los fundadores de la galería bilbaina Carreras Múgica, relata cómo en un reciente encuentro con Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, confesaba que le habían llamado la atención por su supuesta fijación con artistas como Juan Pérez Agirregoikoa o Asier Mendizabal, a los que había otorgado gran importancia en la reordenación de la colección. “Él, que es valenciano, respondía que no tiene nada con los vascos, pero que son artistas de mucha calidad”, evidencia el galerista desde Madrid, donde desde hoy participa en la feria ARCO. De hecho, la suya es la única galería vasca que concurre en una edición en la que muchos artistas de Euskadi están presentes en otros expositores estatales e internacionales.

Después de haber comenzado los trabajos de montaje el lunes, Ignacio Múgica afirma que abordan los próximos días con optimismo, una postura generalizada entre los 185 estands que este año concurren en la feria. “El año pasado vinimos con muchísimas dudas, pero fue un buen año, quizás porque las expectativas no eran muy grandes. Muchos coleccionistas estuvieron parados durante casi dos años y se hicieron operaciones interesantes”, explica el responsable, junto a Pedro Carreras, de Carreras Múgica, sobre la edición del año pasado que excepcionalmente se celebró en julio. En la feria que tendrá lugar hasta el domingo -vuelve a su fecha habitual- no han pasado desapercibidas algunas obras trasngresoras como el cuadro de Pedro Sánchez con la “extrema izquierda” o un dibujo con la cara de Franco con una cruz superpuesta.

ARTISTAS QUE EXPONEN

Como cada año, Carreras Múgica lleva una representación de artistas vascos, pero hace especial hincapié en algunos. Si hace unos años, cuando expuso en el Reina Sofía, fue Txomin Badiola, este año el espaldarazo le toca a June Crespo, que estará presente en la exposición internacional comisariada por la responsable de la Bienal de Venecia. “Llevamos trabajando con ella desde hace más de 10 años, queremos hacer un esfuerzo adicional con su obra”, revela el galerista, quien indica que Am I an object es una de sus esculturas expuestas. Otro de los artistas al que ensalzarán es Rafael Ruiz Balerdi, “uno de los grandes de la generación de los 80”, a su juicio. “Últimamente en todos los museos hay una revisión de las colecciones para dar importancia a aquellos artistas que por algún motivo quedaron en la sombra”, ha justificado sobre el esfuerzo adicional que harán con Ruiz Balerdi, un artista “de la calidad de Saura o Miralles”.

También cuentan con una obra “muy importante” de Xabier Salaberria, por la que el Reina Sofía ya se ha interesado. “Ha utilizado como pretexto la réplica que hay en Barcelona del pabellón universal donde estuvo expuesto el Guernica”, ha explicado para argumentar la disposición de la pinacoteca madrileña. Asimismo, muestran obras de Pello Irazu, Asier Mendizabal y, “por supuesto”, Eduardo Chillida. “Y siempre incluimos artistas internacionales, porque queremos que nuestros artistas vascos se encuadren en un contexto internacional”, añade antes de mencionar al peruano Armando Andrade Tudela o el estadounidense Richard Serra.

LA IMPORTANCIA DE LAS FERIAS

Tras 25 años acudiendo a ARCO, Ignacio Múgica reconoce con pesar que cada vez hay menos galerías vascas presentes en la feria. “Hemos llegado a estar cinco y llevamos tres años que solo somos tres. Son galerías que muchas de ellas están cerrando en Bilbao o en Donostia. Es un drama”, asegura el galerista, quien menciona la participación de la donostiarra Cibrián desde el año pasado, pero no en el programa general, sino el curatorial. “Siempre decimos que a más galerías, más masa crítica, que es lo que nos falta”, revela Múgica, quien considera que el mundo del arte se está centralizando. “A la gente le resulta tan fácil y cómodo viajar que muchos coleccionistas de Bilbao se van a Londres, Berlín o Nueva York. Nosotros no hemos dejado de hacer el esfuerzo de acudir a las ferias, para que igual que hay coleccionistas de Bilbao que van a Berlín, haya coleccionistas de Berlín que vengan a Bilbao”, exterioriza.

Así, explica que recientemente han estado en Zona Maco, en México, y que también tienen intención de acudir a Lisboa. “El mundo del coleccionismo se mueve mucho en las ferias, es donde te das a conocer”, indica Ignacio Múgica, quien reconoce que ellos tienen la suerte de contar con el Guggenheim, que es un “gran faro” para los coleccionistas extranjeros, lo que les permite cerrar muchas operaciones. “La internacionalización nos está permitiendo estar donde estamos, pero para las galerías nuevas que intentan abrirse camino es muy complicado”, considera el galerista, antes de mencionar algunas cifras tras su paso por México. Solo el transporte de las obras les ha costado más de 30.000 euros y otros 40.000 euros los han destinado al espacio. “Pero por otra parte es la única fórmula. Si te quedas solo en lo local es muy difícil avanzar”, concluye.