Asier Sanz es un humorista gráfico, ilustrador y artista de collageque colabora en diversos medios de comunicación y elabora la tira cómica de DEIA. Es, sobre todo, de esas personas que cuando miran ven más allá. En las luces de las farolas del Palacio Euskalduna ve una batalla de Star Wars, y en unas escaleras un dinosaurio. Todo lo que pasa por su mente durante sus paseos por Bilbao lo ha ilustrado en un libro mediante collages en el que muestra la foto del objeto original y lo que podría llegar a ser con un poco de imaginación. La publicación, Imajinatu Bilbao Imagina que ha salido a la luz gracias al Plan Aurrera, un plan de Emergencia Social, Económica y Cultural del Ayuntamiento de Bilbao, busca que todo aquel que se sumerja en el Bilbao de Asier, recupere el niño que lleva dentro.

¿Cómo se le ocurrió hacer un libro con 'collages' del mobiliario urbano de Bilbao?

—Yo ya tenía visionadas muchas imágenes de la ciudad, pero con el confinamiento, cuando empecé a salir a la calle, mi mente estaba más tranquila y entonces empecé a jugar a ser un cazador de imágenes invisiblemente visibles. Me di cuenta de que se podía hacer un libro. Para mí salir a la calle es como un gimnasio, es la manera que tengo de muscular el bíceps de mi imaginación. Estoy todo el rato buscando, enfocándome en objetos a ver si les puedo dar la vuelta. El caso es sacar de la rutina los objetos para encontrar su lado mágico.

Por lo tanto, ¿el libro ha sido una consecuencia de su forma de ver la vida?

—Si, de alguna forma ha sido así. Me di cuenta de que no eran tres o cuatro imágenes, que son muchas las que veo y que se podía hacer un recorrido sobre Bilbao con el mobiliario urbano de la ciudad. Hace 15 años el Ayuntamiento me publicó un libro que se titulaba Laberinto Mágico, en el que transformaba edificios en criaturas fantásticas. Eran todo metamorfosis hechas en acuarela, pero con este nuevo libro he ido más allá, he jugado con el mobiliario urbano, hay algún edificio, pero los collages los he hecho con todo.

¿Las ideas le llegan a medida que va paseando o tiene que hacer un esfuerzo para que la imagen llegue a su mente?

—Es automático. Esta mañana estaba fregando los platos y estaba pensando que el plato se podría convertir en otra cosas. Siento como que el plato me está diciendo: "Te reto a que te superes en la mirada con la que me miraste la última vez". Voy con esa sensación, la de tratar de descubrir y de jugar con la imaginación, porque hay que tenerla fuera del alcance de la monotonía.

¿Qué nos vamos a encontrar en la publicación?

—Son 140 imágenes de esas pequeñas cosas que seguramente hemos visto cuando vamos paseando pero en las que uno no se molesta en si pueden tener otra visión. Nos vamos a encontrar con Dalí, con Picasso, y también a Terminator en la Ribera de Botica Vieja. Incluso a Marylin Manson en una alarma de incendios. Es todo muy loco pero a su vez es muy divertido. El que más me divierto soy yo, muchas veces soy yo el primer sorprendido. A veces me digo: "Parece mentira que hayas visto esto".

De entre las 140 imágenes caricaturizadas del libro, ¿cuál es su favorita?

—Una manilla de Deusto que se convierte en Keith Richards. Porque algunas de las imágenes las puede ver cualquiera, pero esta es más complicada porque está hilada con los collages que hago con caricaturas de personajes conocidos. Es más complicado ver en una manilla la cara, la nariz deformada de todas las peleas, el morro y la cinta del pelo.

¿Qué quiere conseguir con este libro?

—El objetivo es que la gente se divierta y descubra nuevos universos en Bilbao. El juego es unir la experiencia del espectador y la mía y que la foto sea el desencadenante. Se trata de ver que una alcantarilla puede ser la literatura basura. La idea es descubrir otros universos dentro de Bilbao.

¿Qué ha supuesto para usted sacar adelante este proyecto?

—En cierta manera es como que estoy dejando huella en lo efímero. Todas esas cosas parecen que no son nada, pero ahora cuando paso por Bilbao digo que voy a ver a Terminator, en vez de decir que voy a pasear por la Ribera de Botica Vieja, o que voy a ver al Águila cuando voy al Muelle Sirgueras. Me he creado mi propia cosmogonía aquí en Bilbao y es divertido. De esta manera vas creando una relación emocional con los objetos.

¿Considera que vivir la vida desarrollando la imaginación es importante?

—Desgraciadamente la tenemos atrofiada, pero creo que es muy importante vivir con imaginación. La vida es demasiado corta para estar todo el día viendo el móvil. Yo lo que veo cuando paseo por Bilbao es que la gente está generalmente muy pendiente de las cosas en el teléfono pero no de lo que podrían hacer o desarrollar. Creo que la gente no se toma la molestia de ver más allá.

¿Qué le inspira para hacer estas creaciones?

—Lo que me inspira es seguir entrenando mi mete y me inspira seguir superándome cada día. Yo creo que en esta vida uno está derrotado cuando deja de soñar y para mí estar todo el rato imaginando cosas me hace estar muy vivo. Es muy divertido porque relacionas cosas que aparentemente están desconectadas y creas una realidad alternativa. Es algo sencillo porque casi podría ser hasta educativo, vas con unos niños por la calle y no tienes por qué saber dibujar, recortas una fotografía y puedes ir creando universos.

¿Los espacios con los que ha hecho 'collages' en el libro se han elegido a conciencia?

—No, no los he elegido en base a nada. Pasas por cualquier lado y a una mesa que tiene cuatro patas le pones la silla encima y ya parece un caballo. El caso es jugar a ser un niño, porque ellos tienen una visión mágica de ver las cosas, por primera vez. Como digo en el prólogo, se trata de ser un poco Peter Pan, tienes a tu Campanilla, que es la imaginación, y esta con su varita mágica hace chas y vas al país de Nunca Jamás. En el caso del libro, Nunca Jamás es Bilbao, y ahí puede suceder cualquier cosa.

¿Es fácil caricaturizar Bilbao?

—Sí, es un ciudad muy rica arquitectónicamente y sobre todo a la ciudad lo que le hace infinita es la imaginación de cada uno. La ciudad es del que la ve, es como un libro que se lee con los pies, depende con qué ánimo estés paseando vas a descubrir una ciudad o vas a seguir viendo la ciudad que siempre has visto. Siempre depende de la imaginación y de la creatividad.

¿Le gustaría hacer el mismo ejercicio en otras ciudades?

—Me encantaría ir por diferentes ciudades, por ejemplo, ir a Amsterdam o París y que me dijera el ayuntamiento: "Nos ha gustado mucho tu libro, haz uno sobre nuestra ciudad". De hecho, cuando he ido a otras ciudades, ahora que he estado en Florencia o cuando fui con mi hija y mi mujer a Londres, ya me inicié y tuve varias imágenes muy divertidas. Una vez que entras es como ser un niño, no paras de jugar con todo lo que ves.

Por lo que me cuenta, comparte su visión de la ciudad con su familia.

—Indudablemente. Mi hija va por la calle y a veces yo no me doy cuenta de algunas imágenes y un día había un edificio y me dijo muy emocionada que se parecía a un elefante; me pareció muy bueno porque era clavado. Y esa es la idea, recuperar la visión mágica de los niños con la que siempre te sorprenden, porque hacen unas relaciones muy subrealistas.

Una vez que el lector tenga el libro en sus manos, ¿cómo quiere que sea su experiencia?

—Me gustaría que el libro fuera como un tobogán y que se colara en el corazón del lector y le impulsara a desarrollar su propia imaginación. Me gustaría que al terminal el libro el lector saliera a la calle y dijera: "¡Anda! ¡Es verdad! Esa farola se parece a la F de Facebook". Yo creo que a la vida si le pones imaginación es mucho más divertida, porque sino todo es rutinario y predecible.

¿Y habrá más libros?

—Yo sigo haciendo este ejercicio y guardo las fotos, podría hacer un segundo y un tercero, como una saga, porque esto no termina. Yo sigo haciendo y ya veremos. Para mí lo importante es las veces que me voy superando y retando a esa mirada que tienen en la memoria los ojos de las cosas.

"El objetivo de esta publicación es que la gente se divierta y descubra nuevos universos en Bilbao"

"Me gustaría que el libro se colara en el corazón del lector y le impulsara a desarrollar su imaginación"

"Depende con qué ánimo pasees por la ciudad descubrirás una nueva o la que siempre has visto"