- Es un actor que divierte y entretiene. Pero sobre todo, convence en cada uno de los papeles que interpreta. En Rita habla de la familia, de las despedidas de aquellos a los que queremos, de lo que duelen las pérdidas o las existencias atormentadas por la enfermedad. Hasta el domingo es posible tener una cita con él y con Mapi Sagaseta, su mujer en la vida real, para ver cómo dos hermanos se enfrentan a la enfermedad de la madre y también a la de su perra.

Ha estrenado 'Rita'. ¡Convénzame para que vaya a verla!

—Es una comedia muy bonita. Habla desde el humor de temas trascendentes. Queremos que el público se ría, pero no es una banalidad. Da posibilidades a una lectura para provocar una reflexión en el espectador y eso siempre es necesario en una comedia.

Gira en torno a la familia.

—Trata la historia de dos hermanos. Están pasando un momento complicado en sus vidas, lo hacen cada uno por su lado, pero hay muchos puntos comunes, entre ellos una madre, está muy enferma, en un estado bastante terminal y vegetativo. Él tiene una perrita que también está enferma. Al igual que la madre, la perra también se llama Rita.

¿Una historia reconocible?

—Por supuesto. Cuenta las historias que siempre pasan entre los hermanos: te odias, te quieres, te perdonas, te dejas de querer, te dejas de hablar... Pero te necesitas. Habla de ese amor que es incondicional con muchas subidas y bajadas. Lo que desata esta narración es que la perra está enferma. Ella, que es médico, le dice que no puede seguir manteniendo a la perra con vida, que va a sufrir y que lo mejor es sacrificarla.

Pero en el trasfondo está la situación de la madre: terminal y en estado vegetativo, ¿no?

—Exacto. Él, que ama tanto a su perra, le dice: "¿Por qué lo tienes tan claro con la perra y no lo tienes tan claro con mamá?". Mi personaje no entiende por qué la perra no tiene que sufrir y la madre sí. A partir de ahí se inicia un viaje interior entre estos dos hermanos para intentar entender puntos de vista diferentes. Todo ello desemboca en una comedia muy divertida en la que las intenciones e inseguridades de cada uno de estos dos hermanos son muy especiales. Ambos son muy neuróticos y las situaciones se vuelven muy graciosas. Hay mucha ternura en este texto porque habla mucho del amor y de la vida. Sobre todo habla de lo difícil que es despedirnos de la gente que queremos.

Su anterior obra fue 'Macbeth'...

—Sí. También estuvo en ella Mapi (Sagaseta, su mujer). Estuvo en el María Guerrero e hicimos funciones de septiembre de 2020 a enero de este año. Estábamos en pandemia y no se podía hacer mucho más. Después empezamos con Rita en Madrid y ahora estamos de gira con ella.

¿Qué tal se trabaja en familia, en pareja?

—Pues muy bien, la verdad. Es que nos conocimos, hace ya mucho, por esta profesión. Estamos muy a gusto Mapi y yo trabajando juntos, no lo haríamos si no fuera así. Nos entendemos muy bien. Podría ser que en la vida uno se entendiera muy bien y en el escenario no ocurriera lo mismo. No es nuestro caso. Compartir escenario nos hace sentir mejor. Tenemos la oportunidad de comentar cada día la jugada. Nos respetamos mucho en el escenario y mucho en nuestra vida personal.

¿Nota mayor estabilidad en las giras respecto a 2020?

—No estamos como en 2019, pero sí parece que todo está un poco mejor. Están las limitaciones de aforo. Se van afianzando las obras, pero hay mucho atasco. Estos meses han sido demoledores para nuestro sector. Bueno, para todos los sectores. Nosotros dependemos mucho del público. Al principio de esta historia, nos faltó el público y ahora lo tenemos con muchas restricciones en los aforos. Eso significa muchísima menos rentabilidad de los espectáculos.

¿Ve salidas a esta situación?

—Poco a poco se va normalizando todo y se empiezan a haber salidas. ¡Qué puedo decir! Esperemos que según avance la vacunación todo se suavice, haya menos contagios y estemos más protegidos. De momento tenemos lo que tenemos y nos hemos acostumbrado a este vivir a salto de mata.

Este año se cumple el 20 aniversario del comienzo de 'Cuéntame cómo pasó'.

—Ahí sigo yo con la narración. Aunque en la última temporada no solo fui la voz sino que aparecí en la serie. Se me vio la cara por fin. Decidieron que había que hacer un salto al futuro. Además del año 1982, ese era el momento de la serie, se hizo una escapada al futuro y entonces había un Carlos Alcántara mayor y ese era yo. Me pareció una opción muy divertida. Este año hay una temporada nueva de Cuéntame y supongo que seguiré siendo la voz otra vez. Seguimos en los 80.

¿Piensa que tiene fecha de caducidad 'Cuéntame'?

—Ja, ja, ja... No lo sé. Supongo que todo tiene fecha de caducidad. No hay nada eterno, mucho menos en televisión. Llevamos mucho tiempo con esta serie y es de récord.

Lo decía por la salida de Imanol Arias.

—Habéis hablado mucho de la salida de Imanol. Pero es que no se ha ido. El personaje de Antonio Alcántara ha muerto, pero ha muerto en 2021, en el salto al futuro que hizo la serie. Así que no. Estamos en el 82 y puede hacer temporadas desde el 82 hasta que enlacemos con 2021, si duramos hasta entonces. Se ha contado cómo ha muerto en el futuro, pero se va a seguir contando su vida desde el punto real en el que está la serie. Esta historia tiene una especie de misterio dentro que hace que el público sea enormemente fiel. Quién nos iba a decir cuando empezamos en 2001 que tú y yo estuviéramos hablando de Cuéntame dos décadas después.

Quiere decir que el tango tiene razón: Que veinte años no es nada.

—Que febril la mirada... La verdad es que es una suerte que pasen cosas así. Es como un milagro. Esta serie ha dado trabajo a muchos actores, guionistas y equipos técnicos. Lo que te digo, un milagro.

¿No le hubiera gustado tener más presencia física en la serie y no ser solo la voz?

—Pues no, ahora no. Cuando me llamaron hace veinte años para hacer esto, sí que me dio un poco de rabia y pensé: "Me llaman para hacer una voz y no me llaman para un personaje". Me insistieron en que esa voz en off sería un personaje más.

Y le convencieron, ¿no?

-Pues sí. Pero mirado de una forma objetiva, hacer esto me ha permitido estar en una de las series con más éxito de la tele española y he conseguido que esa voz en off sea muy importante para los espectadores. Hay fans de Cuéntame que cuando ven que hay menos off protestan. Así que por lo menos gusta. Me ha permitido también hacer otro montón de series diferentes que me han abierto puertas en la televisión.

¿Qué otros proyectos tiene?

—Con Rita vamos a seguir de gira todo lo que queda de año y parte de 2022. Estamos recuperando bolos que se habían cancelado de meses anteriores. El 2 de marzo estrenaré en El Matadero de Madrid un monólogo que se va a llamar Oceanía. Es un texto escrito por Gerardo Vera. Él iba a haber dirigido la obra Macbeth, murió tres semanas antes de empezar los ensayos. Fue un batacazo tremendo, pero el espectáculo no se canceló y se hizo con las ideas de Gerardo y con Sanzol al frente.

¿Cómo es 'Oceanía'?

—Un texto precioso que Gerardo quería que hiciera yo. Se ha convertido en un monólogo hermosísimo. Es un placer hacerlo y también una obligación moral, él quería que lo hiciera. Hay algún proyecto de televisión, pero mientras no se materialicen es mejor no hablar de ellos.

Hace también 20 años que recibió los premios Max y Ercilla por una obra que nos dejó a todos con la boca abierta: 'Arte'.

—Qué barbaridad, cómo ha pasado el tiempo. Tú lo decías: Que veinte años no es nada. Fue un trabajo que me llenó mucho y que siempre llevaré conmigo. Pero como todos los que he hecho, con premios y sin premios. El premio sois vosotros, los espectadores.

Su currículo tiene muchos títulos de obras clásicas y contemporáneas. ¿Qué pesa más en su balanza?

—Hice mucho teatro clásico cuando era más joven. Estuve muy vinculado al Teatro Nacional. Hice un montón de obras y personajes maravillosos. Últimamente he hecho teatro contemporáneo. Si te fijas, hay muchos textos de Jordi Galceran y fue lo que me abrió las puertas del teatro comercial. Espero revisitar los textos clásicos porque hay obras que me gustan mucho. Me gusta meterme en todos los charcos, hago clásico, moderno y musicales. Lo que sea, pero que sea bueno.

¿Se queda con algún título especial del cine, del teatro o de la televisión? ¿Tiene alguna querencia particular?

—Cada título, cada personaje, tiene su lugar en el corazón. Me es muy difícil elegir. Para mí es más importante lo humano que el éxito, el fracaso o la repercusión de cada trabajo que he hecho. Es más importante la gente que he conocido en una película, en una obra o en una serie. En este oficio nos pasamos la vida haciendo y deshaciendo familias.

¿Ha contabilizado los títulos?

—Hace poco tuvimos que hacer un currículo detallado y creo que salían treinta películas, treinta y tantas series y unas cuarenta obras de teatro. Así que ya ves lo difícil que es quedarme con uno o con unos pocos. Hay muchos personajes maravillosos que siguen acompañándome, que los recuerdo con mucho cariño, pero no me decanto por ninguno.

¿Ha sido cómoda la vida de saltar de personaje en personaje?

—Ha sido maravillosa, sigue siéndolo. Nosotros en el trabajo tenemos el psiquiatra gratis.

¿Psiquiatra gratis?

—A base de vivir vidas de otros, a base de ponerte en situaciones que nunca experimentarías en tu vida normal, te abre mucho el espacio y te hace ser más tolerante. Meterte en la piel de un personaje te hace entender pensamientos que pueden estar incluso alejados de los tuyos. Y te permite liberar un montón de cosas que todos llevamos dentro.

"Espero revisitar los textos clásicos porque hay muchas obras y personajes que me gustan mucho. Me gustaría volver a ese teatro"

"Para mí, es más importante lo humano que el éxito, el fracaso o la repercusión que pueda tener un trabajo que haya hecho yo"

"Cada título y cada personaje tiene su lugar en el corazón. Me es imposible quedarme con uno o con unos pocos"