La industria musical es un mundo complicado, hace falta suerte además de talento. Son muchos los jóvenes que tratan de hacerse hueco en este sector: unos triunfan, otros no y algunos siguen intentándolo. Es el caso del joven bilbaino de veinte años Miguel Balsa o Miggi su nombre de artista, que escribe, produce e interpreta sus propias canciones, la última es Londres.

"Desde los quince años me apasionaba la música y llegó un punto en el que me pregunté: '¿Si tanto me gusta por qué no lo hago yo?'", recuerda Miggi. Desde ese momento en el que esa duda asaltó su cabeza ha comenzado a producir sus canciones, al principio solamente escribiendo la letra y mediante "bases gratuitas de Internet", pero con el paso del tiempo y sin estudios musicales ha ido evolucionando. "No he ido a una academia, pero he ido aprendiendo de forma autodidacta", confiesa, " poco a poco fui metiéndome más y empecé a producir para hacer mis canciones yo solo, a mejorar en el modo de escribir y generar canciones con voces más tratadas".

Toda esta producción necesita un material detrás: micrófono, programa de edición, ordenador€ Él es estudiante de Análisis de Datos en la Universidad de Leeds en Reino Unido, pero para costear este equipo tecnológico busca trabajos en verano y hace uso de sus ahorros. Cuando se le pregunta por la posibilidad de buscar una productora que cuente ya con los materiales explica que "podría hacer más música, pero por otra parte prefiere hacerla porque todo depende de él" y añade que "es más satisfactorio".

Su objetivo es ambicioso: "Dominar el panorama musical estatal al final de la década"; ¿Cómo piensa conseguirlo? "Los planes van cambiando, yo no he fijado el camino, he fijado la meta", responde.

De momento, se ha centrado en crear música: trap, reggaeton y hip hop son los géneros que este cantante produce. Su inspiración son los artistas a los que admira y los sentimientos. "Las canciones que hago son un reflejo de cómo me siento", se sincera, "cuando estoy contento escribo con un tono más alegre, si estoy triste tiene un toque más oscuro", concreta.

LONDRES

La última canción que ha lanzado el pasado viernes se llama Londres y habla sobre la pena que siente tras haber tenido una bronca con su mejor amiga en Reino Unido: "La canción transmite una sensación de desconcierto y confusión que es cómo me sentía al escribir la canción", confiesa.

El videoclip, minimalista y con toques alternativos, se trata de una producción casera grabada en el Aeropuerto del Prat de Barcelona. Según cuenta Miggi, él y un amigo se encargaron personalmente de la grabación, que luego el artista editaría. Estaban juntos en el aeropuerto, en una escala de seis horas y se les ocurrió crear el vídeo allí. La canción ha sido lanzada en todas las plataformas digitales de streaming como Spotify o Apple Music.

SIEMPRE PRODUCIENDO

Aunque no es la única canción que ronda la cabeza del artista ahora mismo, "Siempre estoy produciendo", confiesa. Ahora mismo tiene otro sencillo listo para salir "le faltan los últimos retoques", cuenta, su nombre es No es justo. Pero no solo eso, sino que además tiene otras diez canciones escritas, listas para grabar.

Este artista aún no ha tenido la oportunidad de actuar frente a un público, confiesa que está esperando el momento, pero que no dudaría en hacerlo. Mientras tanto se dedicará a publicar tanta música como sus sentimientos le pidan.