Este viernes 23 de julio vuelve a un Principal de Gasteiz que conoce bien. Mikel Urdangarin se siente como en casa entre las paredes del centenario teatro. Además, acude con su banda habitual, de la que reconoce que está “en un momento dulce”. Ahora toca presentar en directo Izurdeen Lekua, su último disco. “Para mí siempre ha sido una celebración tocar, pero es evidente que en este contexto lo es más”.

El encuentro con el público se producirá a partir de las 21.30 horas, estando las entradas a la venta por 21 y 18 euros. Junto a Urdangarin estarán Koldo Uriarte, productor del álbum y nominado a los Goya este año por la banda sonora de Airbag, Rafa Rueda, Nika Bitchiasvili, Jon Cañaveras, Ander Hurtado de Saratxo y Alison Keable. “Es una suerte tocar con amigos que además son bueno músicos y viceversa”.

En su compañía toca poner de largo un disco “que tenía que suceder”, que empezó a tomar forma cuando en agosto de hace tres años falleció la madre el cantante, guitarrista, pianista y compositor. El duelo abrió una ventana para hablar de tantas emociones y sentimientos, de las pérdidas, de las mujeres o de los recuerdos, todo ello desde lugares que no existen en la realidad.

Son canciones que hablan “desde lo íntimo” de cuestiones que, en realidad, “son universales, que están sucediendo ahora mismo”, además en un contexto de pandemia en el que sigue habiendo muchas pérdidas, y no solo físicas. “También hemos hecho como sociedad una cesión de libertad de la que nos va a costar recuperarnos”, afirma el creador, consciente de que “estamos en la gran renuncia” y no va a ser nada sencillo darle la vuelta a eso.

Son cuestiones sobre las que también plantea una mirada un álbum que cuya música se compuso durante la pandemia. “Cuando el disco se estaba haciendo pensé que ojalá estas palabras le pudieran valer a otras personas”, una identificación que con el trabajo ya en la calle el músico ha sentido que se producía. “Me ha escrito y hablado mucha gente”. Al fin y al cabo, la vida y su ley afecta a todos.

En la pérdida, en el duelo, en ese momento en el que “descubres que ya no se producirá más ese abrazo” está el inicio del camino de unas canciones dedicadas a una ama que siempre quiso que su hijo fuera feliz con lo que más quería hacer, la música. “Y de repente yo descubrí que mi ama también era una mujer, que tenía sus sueños, su vida anterior, sus preocupaciones y sus condicionantes”, y que ese papel de madre le había impedido ver a la mujer, como ha pasado y pasa tantas veces.

“Este disco ha sido una necesidad” que por fortuna está pudiendo llevarse al directo, mientras Urdangarin, como confiesa entre risas, sigue desarrollando su faz como pianista. “Mis compañeros en el escenario ya no se extrañan cuando me siento al piano”, dice. “Voy dando pasos y la verdad es que trabajar con el piano también ha marcado la estética del álbum y del directo”. Así lo podrán comprobar quienes acudan el día 23 al Principal.