La Reserva de la Biosfera de Urdaibai podría saldar una deuda pendiente con su desarrollo económico si el proyecto para la ampliación del Guggenheim llega a buen puerto en la comarca. Es la lectura que realiza José Mari Gorroño, alcalde de Gernika, donde se emplazaría la sede principal de esta iniciativa presentada el lunes por Juan Ignacio Vidarte, director del museo bilbaino, ante su Patronato. Concretamente, la antigua fábrica de cuberterías Dalia acogería uno de los edificios que se conectaría, a través de una vía verde con un recorrido de cinco kilómetros, con los astilleros de Murueta, todavía en activo, donde se emplazaría la segunda localización. Aunque todo dependerá de que el plan consiga la financiación de los fondos europeos Next Generation, los alcaldes de ambas localidades mostraron ayer martes su entusiasmo por la posible implantación del equipamiento cultural que sacaría a relucir el potencial de la comarca y, a su vez, alabaron la compatibilidad de la propuesta con el respeto al medio ambiente, uno de los grandes pilares de la idiosincrasia de la zona. Mientras tanto, agentes locales y ciudadanos exteriorizaron sus reservas con respecto a la escasez de infraestructuras existentes en la zona para acoger turistas.

Gorroño defendió la madurez del proyecto que busca replicar el efectoGuggenheim de Bilbao. "Si Vidarte ha hecho una propuesta en el Patronato quiero pensar que el tema está trabajado y saldrá pronto a la luz. No se pueden crear falsas expectativas en la sociedad. Tiene que ser algo elaborado, trabajado y meditado. Espero que sea realidad pronto", indicó el primer edil de la villa foral sobre la iniciativa, que de recibir los 81 millones de euros del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea, debería ver la luz antes de 2026. Este proyecto estratégico, lejos de ser nuevo, permanecía aletargado en un cajón desde que fue planteado por primera vez en 2008. Entonces chocó con la recesión económica y con un planteamiento que no convenció, al idearla en el edificio que alberga las colonias de Sukarrieta, propiedad de la BBK. Diez años después, el Patronato del Guggenheim recuperó la propuesta que ahora toma impulso.

"Esto no tiene nada que ver. No va a ser una invasión, sino un revulsivo. Es una idea novedosa, un nuevo modelo en el mundo, con dos sedes. Este Guggenheim Gernika no solo va a ofrecer lo artístico, sino también el contacto con la naturaleza. Será una forma de sensibilizar a la sociedad con el medio ambiente y la protección de recursos naturales", afirmó el alcalde vizcaino, quien considera que el Guggenheim aportará a la villa y viceversa. "No es lo mismo llamarse Guggenheim Gernika que cualquier otro nombre. La marca Gernika va a dar prestigio y proyección al Guggenheim", expuso Gorroño. Por ello, apostó por que del concurso de ideas internacional que se organizará para diseñar los edificios concluyan edificios icónicos para el proyecto. "Si el nombre va a ser importante, y las muestras y el funcionamiento van a ser atractivas, el propio edificio tiene que ser interesante. Y, entre comillas, llamativo", opinó desde el Ayuntamiento de Gernika.

Recorrido de Cinco kilómetros

A diferencia del primer proyecto planteado en Urdaibai, la sede del Guggenheim se llevaría a cabo en una zona urbana dependiente del plan general vigente en Gernika. "Es un terreno industrial compuesto por 18.000 metros cuadrados. Todo el recinto de Dalia es propiedad de la Diputación", puntualizó el alcalde, quien afirmó que, si fuera necesario, estarían dispuestos a ceder propiedades municipales colindantes, como la sede de la Cruz Roja. "Sería bueno regenerar el entorno", añadió el primer edil, quien sostuvo que el Guggenheim "potenciará y consolidará lo ya existente" aportando beneficios que trasciendan a la localidad para extenderse a toda la comarca.

El conjunto contempla otra sede en Murueta que estaría unida a la primera por una vía verde. "Los visitantes, personas de diversas edades, podrán hacer ese paseo de cinco kilómetros por la ría de Gernika y llegar al otro enclave que tiene un atractivo muy importante", señaló por el recorrido que previsiblemente seguiría la senda conocida en la zona como el Corte de la Ría. "El patronato de Urdaibai lleva años trabajando y tiene bastantes proyectos entre manos para ese recorrido. Va a ir mejorando. También están trabajando con ETS (Euskal Trenbide Sarea) para hacer una pasarela con la que superar las vías del tren y acceder a la Tejera de Murueta", señaló.

El segundo enclave se ubicaría en Astilleros de Murueta, empresa que aún continúa en activo. "Tiene una parte en Murueta, donde nació la empresa, y otra en Erandio. Habría que ver cómo encaja el proyecto del Guggenheim. Es algo a analizar y solucionar, para que el astillero siga trabajando en otro sitio si esto llega a ejecutarse", apuntó, por su parte, Julen Karrion, alcalde del municipio de apenas 320 habitantes, que ve "muy positiva" la posible ampliación del Guggenheim en Urdaibai. "Es una comarca muy peculiar e interesante, con un potencial tremendo y está protegida. Todo lo que sea compatible con eso y pueda fortalecer la comarca es importante", aseguró.

Infraestructuras

"Toda inversión me parece buena para Gernika, puede traer cosas muy positivas. Pero hay que canalizarlo bien", expuso, con más cautela, Gaizka Muniategi, presidente de Gernikako Merkatari Elkartuak. En ese sentido, apostó por que el hecho de que el Guggenheim se implante en la villa foral no suponga que el comercio local pierda peso: "Tenemos que aprovechar la oportunidad sin perder los valores, para que no se convierta en algo impersonal lleno de franquicias". Por ello, emplazó a instituciones y asociaciones a remar para que el apoyo al comercio y a la hostelería local sea prioritario, mientras se trabaja en adecuar las infraestructuras ante una posible llegada de turistas para la que, "a día de hoy, Gernika no está preparada".

En un banco con vistas a Dalia, al otro lado de la ría, en el barrio de Errenteria, Félix e Ismael Turienzo, padre e hijo, vecinos de Gernika y jubilados, llegaban a una conclusión similar a media mañana. "Comparado con Bilbao, Gernika no tiene ni la mitad de infraestructura. Ya no hay ni bares", consideró Ismael, rememorando el pasado industrial de la villa foral. "La gente que trabajaba en las empresas de cubertería como Cruz de Malta, Idurgo o Dalia salía en masa al mediodía", recordó Félix. Él mismo, llegado de León hace más de setenta años tras haber trabajado en las minas, se jubiló en una de esas empresas, en Idurgo, que posteriormente fue derruida para la construcción de pisos a escasa distancia de Dalia. "No sé si finalmente se llevará a cabo, pero si quitan toda esa morralla me parece bien", alegaba Ismael, señalando los restos de la fábrica de cubiertos que antaño fue "de lo más puntero".

A sus espaldas, como cada mañana, Joseba Egia inspeccionaba los bajos de un vehículo en el taller mecánico Argatx-Egia, que lleva casi medio siglo siendo testigo del esplendor y el posterior declive de Dalia. "Si el proyecto se llevara a cabo, a ser posible vendería el taller al mejor postor", expuso el mecánico quien considera que un taller, actualmente, solo genera "mucha preocupación". Con todo, enfrió su arrebato alegando que es un proyecto que aún ve muy lejos. "Mejor si fuera para mañana", apuntó Joseba Egia, quien más que un taller concibe un bar o un restaurante frente a un museo de la envergadura del Guggenheim.

Precisamente, en Artale, un bar "trotero" cercano al señalado emplazamiento, la propietaria, Mamen Sánchez, hacía cuentas: "Tengo 55 años, para cuando lo hagan igual estoy jubilada. Teniendo en cuenta lo que tardaron en hacer el túnel de Autzagane...", expuso con ironía. Aún así, deseó que en el caso de que siga adelante influya positivamente en la zona. "Con el tiempo veremos lo que supone", expuso la hostelera, que a pesar de ello no dudó en elucubrar: "Tener una vía verde podría atraer más senderistas, que suelen venir con el bocadillo". En la terraza, mientras tomaba un café a la sombra, una vecina que prefirió no dar su nombre exteriorizó su recelo: "Para el pueblo y el comercio puede ser bueno, pero que haya mucha actividad en la comarca no es positivo porque es una zona protegida".

Una obra emblemática

El 'Guernica' en Gernika, un sueño

"Un debate cerrado". José Mari Gorroño recordó ayer a una de las aspiraciones de los gernikarras. "Poner el Guggenheim en Gernika abre a su vez una puerta para poder acoger el Guernica de Picasso. Es un sueño", aseguró el primer edil de la villa foral, quien considera que, si el Guernica ha viajado tanto, "¿por qué no viajar desde Madrid a Gernika?". Sin embargo, la posibilidad de que el Gobierno vasco reclame la obra que actualmente se expone de forma permanente en el Museo Reina Sofía fue rápidamente atenuada ayer por Bingen Zupiria, portavoz del Gobierno y consejero de Cultura, quien indicó que se trata de "un debate cerrado", y que el Guernica "está donde está". Asimismo, los socialistas vizcainos reiteraron que no comparten la reivindicación de trasladar el cuadro.

"Es una comarca muy peculiar e interesante, con un potencial tremendo y está protegida"

Alcalde de Murueta

"Hay que aprovechar la oportunidad sin perder los valores, para que no sea algo impersonal"

Presidente Gernikako Merkatari Elkartuak

"Si el proyecto se llevara a cabo, a ser posible vendería el taller al mejor postor"

Propietario del taller Argatx-Egia

"No va a ser una invasión sino un revulsivo; es un nuevo modelo en el mundo, con dos sedes"

Alcalde de Gernika