La pandemia ha obligado a retrasar la gala de entrega de los Feroz, cita en la que puede conseguir el premio a la mejor actriz de reparto por dar vida al personaje de Nerea en la serie Patria de HBO. Pase una cosa u otra, su trayectoria es un suma y sigue constante. La propia intérprete gasteiztarra es consciente de que justo ahora, a pesar del coronavirus, está en un momento dulce en lo profesional. Y lo que queda por delante, eso seguro. Solo falta que, en contra de lo que ha sucedido en los últimos meses por el covid, la distancia entre Madrid y Gasteiz se acorte. “No poder estar con la familia, sobre todo con mis sobrinos, está siendo muy duro”.

En la entrega de los Forqué seguro que pudo ver, entre bambalinas, ese momento que protagonizó Elena Irureta, su compañera en ‘Patria’, al recoger el galardón de mejor actriz. ¿Temió que también le obligase a salir al escenario como hizo con Ane Gabarain?

—(Risas) No lo pensé, la verdad. Pero conociendo a Elena y Ane no me extraña lo que pasó. ¡Elena es una persona tan bonita! En aquello hubo algo muy genuino, real y yo me emocioné al verlo. Tenía la piel de gallina. Ojalá hubiera en el mundo más gente como Elena Irureta. En ella no hay pose, aquello nació del corazón. Todo el mundo se pudo dar cuenta.

Casi se va a juntar la entrega de los premios Feroz con unos Goya bastante alaveses...

—¡Qué contenta me siento con las nominaciones de nuestros vitorianos y vitorianas! Es toda una alegría.

Estuvo nominada a los Feroz por ‘Sé quién eres’. Ahora vuelve a estarlo por ‘Patria’, pero no sé si la serie ya le queda un poco lejos...

—Es verdad que rodamos hace ya un montón, a lo que se unió que el estreno se tuvo que aplazar por la pandemia. Ese periodo fue, por lo menos para mí, de desconexión con la serie. Pero el estreno sirvió para que el equipo se reencontrase. A eso se unió que viví la emisión de cada capítulo con mi familia y con la gente y eso me hizo tener muy presente Patria de nuevo. En estos últimos meses hemos hablado mucho de la serie, nos han hecho muchas entrevistas, estamos también con las diferentes nominaciones y eso hace que la serie sea parte del hoy en mi vida.

¿Le preocupó en algún momento cómo se iba a recibir una historia que está enmarcada en su tierra y en el pasado más reciente?

—Mentiría si no dijese que a todos se nos pasó por la cabeza alguna que otra preocupación en este sentido. Había una especie de respeto, de cierto miedo, pero puedo decir que el equipo que se formó en esa serie, con Félix Viscarret y Óscar Pedraza, con la mano de Aitor Gabilondo y, sobre todo, con el reparto, hizo que todo fuera diferente. Hubo un momento en el que decidimos soltarnos, sacar la presión y centrarnos en contar individualmente qué les pasa a los personajes. No puedes trabajar con el miedo de si vas a caer bien, de que no pase esto, de que no se entienda... Hay un momento en el que tienes que decir: hay una novela escrita y nosotros estamos llevando a la pantalla ese libro. Punto. Nos centramos en eso y en cada personaje. Elena y Ane son las que más seguridad nos transmitieron. La humildad con la que trabajaron nos quitó importancia y peso a los demás, nos dio humanidad. Estaban trabajando con el alma, aunque suene muy así, un poco tonto, pero es verdad. Se dejaron mucha vida en sus personajes y nos dieron mucha tierra que pisar a los demás.

Buena parte del reparto está nominado en unos premios u otros.

—Antes de las nominaciones e incluso del estreno, ya sentía lo importante de esta experiencia vivida con el resto del reparto. No me sorprenden los premios de Elena o las nominaciones porque desde el primer día ya sabía que mis compañeros en Patria son la hostia. No siento más que admiración. Además, hay que tener en cuenta que la serie está rodada a nivel de cine en muchos sentidos. Y eso se nota. Por ejemplo, en Patria teníamos tiempo, que suele ser una de las grandes diferencias entre las series y las películas.

Si el 2 de marzo logra el premio, ¿ha pensado cómo celebrarlo?

—En mi casa, como mucho (risas). Lo que estamos viviendo es muy triste, pero es lo que toca. Me conformo con que se puedan hacer los Feroz, porque estos días me están recordando un poco al año pasado, cuando íbamos de un aplazamiento a otro. De todas formas, y esto lo digo con todo el corazón, no creo que me lo vayan a dar y no pasará nada porque estoy muy feliz de estar nominada. Supongo que cuando se sepan todos los premios, nos intercambiaremos mensajes entre los compañeros y nos querremos mucho. Y si toca celebrarlo, pues será en mi casa con mi perro. Bueno, y espero que con Vicky Luengo, que también está nominada por Antidisturbios y que es como parte de mi familia.

Antes de la gala, Netflix ya ha anunciado que a final de mes estrena ‘Loco por ella’. Y está pendiente también ‘Fuimos canciones’. Un momento de mucha ebullición.

—Está siendo todo muy curioso. Ves que el mundo se para. Estás en casa, confinada. Y, sin embargo, tu carrera profesional está yendo a una velocidad muy grande justo en este momento, cuando el mundo está parado. Es una sensación muy extraña. Es la época en que más sola estoy y, sin embargo, es cuando más gente me ha escrito o me ha llamado para darme la enhorabuena. Es muy, muy curioso. Pero también muy bonito saber que estás en casa de la gente con tu trabajo justo ahora.

Hace ya un par de años que el teatro ha quedado un poco en paréntesis, pero seguro que con ganas de regresar, ¿no?

—Por supuesto. Hay veces en las que las cosas vienen de una manera y ya está. Terminé una obra que estaba haciendo y vinieron los rodajes de 4 latas, luego Patria, luego a otra película y... El problema con el teatro es que, por lo general, tienes que firmar una gira que dura un año. Compromete mucho tiempo. ¿Me gustaría? La respuesta es rápida: me encantaría. Pero no puedo desaprovechar el momento en que estoy porque tengo muchos proyectos y muy bonitos. De hecho, voy a empezar a rodar otra historia en nada. Sé que el teatro siempre va a estar ahí, que Adolfo Fernández y su productora me van a recibir y que en cuanto tenga un hueco, ni me lo pienso. De hecho, tengo ideas y estamos moviendo alguna cosa, pero ahora no puedo comprometerme un año a estar girando cada fin de semana, más allá de que la situación con el covid haya cambiado muchas cosas. Pero si no estuviera la pandemia, si todo fuera como antes, en estos momentos no puedo dar ese paso. Lo haré, eso sí.

En los Forqué coincidieron Patricia López Arnaiz y usted, y en el arranque de la carrera de ambas hay un nombre que se repite, el de Iker Ortiz de Zárate, director, actor y fundador de Ortzai.

—Iker vino a recibir clases de danza a la escuela de mi ama [Sofía Abaitua] y a cambio nos dio clases de teatro. Fue algo muy bonito. Tengo un recuerdo fantástico. De hecho, dedicarme a esto se lo debo a Iker. Él fue mi primer paso.

Lleva en Madrid varios años, pero estos meses de pandemia, alejada de la familia y sin poder ir a Gasteiz, habrán sido complicados.

—Muy duro. Mi ahijada aprendió a caminar durante el confinamiento y no la pude ver. Imagina. Lo peor ha sido con mis sobrinos. Ha habido algo muy bonito y es que no he parado de hablar casi cada día con mis hermanas. Tenemos una familia muy unida y hemos estado haciendo FaceTime todo el rato. Pero mis sobrinos son muy pequeños para entender lo que pasa. En una niña de nueve meses y uno de 2 años, siete meses sin verlos es mucho tiempo. Me acuerdo cuando vi por primera vez a Ana, mi ahijada, después de ese paréntesis y parecía otra. Eso fue muy duro. Y bueno, de la Navidad mejor ni hablamos.

“No estar con mi familia por la pandemia fue muy duro; mi ahijada aprendió a caminar durante el confinamiento y no la pude ver”

“La humildad con la que trabajaron Elena Irureta y Ane Gabarain en el rodaje de ‘Patria’ nos quitó importancia y peso a los demás”

“Lo digo de corazón: no creo que vaya a ganar el Feroz y no pasará nada porque estoy muy feliz de estar nominada”