Nunca se conformó con ser la señora Pollock, ni con el papel que la sociedad le había destinado. Lee Krasner (Nueva York, 1908-1984) se movió toda su vida en un círculo artístico reservado exclusivamente para hombres. La pintora neoyorquina tuvo que aguantar comentarios como el que hizo su profesor Hans Hofmann (1880-1966) al ver una de sus obras: "Es tan buena que nunca dirías que lo hizo una mujer".

Tampoco le ayudó casarse con Jackson Pollock. El idilio entre ambos artistas se inició en 1942, cuando ella visitó el estudio de Pollock con motivo de una exposición. Tres años más tarde, contrajeron matrimonio y, mientras que Jackson incrementó su popularidad y prestigio dentro del circuito del arte, Lee fue quedando cada vez más a la sombra.

Los colores vivos de Lee Krasner inundan el Guggenheim. Fotos: José Mari Martínez

Y, sin embargo, sus creaciones siempre brillaron con luz propia, convirtiéndose en una de las representantes más interesantes y originales del expresionismo abstracto norteamericano. "Su obra se caracteriza durante toda su trayectoria de seis décadas por una constante reinvención y exploración. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Krasner rechazaba la idea de elaborar una iconografía de firma por parecerle demasiado rígida", explicó ayer Juan Ignacio Vidarte, director general del Guggenheim Bilbao, durante la presentación de la retrospectiva que le ha dedicado el museo. Una gran ocasión además para el museo, en palabras de Vidarte, porque se trata de la primera exposición que se inaugura desde su reapertura tras el confinamiento debido a la pandemia.

Lucía Agirre, Juan Ignacio Vidarte y J. Manuel Ereño Álvarez, director general adjunto de Seguros Bilbao. Foto de José Mari Martínez

Lee Krasner. Color vivo repasa la carrera de esta pionera del expresionismo abstracto norteamericano a través de un total de 62 obras, desde sus tempranos autorretratos y dibujos de finales de los años 20, a sus abstracciones inspiradas en la naturaleza en los años 40, las monumentales obras de principios de la década de 1960 y sus collages finales. Organizada por el Barbican Centre de Londres, en colaboración con el Guggenheim Bilbao y con el patrocinio de Seguros Bilbao, la muestra está comisariada por Lucía Agirre, del museo bilbaino y por Eleanor Nairne, que ayer no pudo trasladarse a Bilbao. "Es una exposición muy deseada por el museo, en la que llevamos trabajando años. Es necesario que una de las artistas más influyentes del expresionismo abstracto tuviera el reconocimiento y el lugar que ser merece", explicó Lucía Agirre durante la presentación.

reflejo de su vida

Krasner, como señaló la comisaria, es una artista cuya obra es un reflejo de su biografía. De familia judía ortodoxa, Lee siempre quiso ser artista, como demuestra uno de los tres autorretratos que abren la exposición, en el que se la ve pintando. En 1937 obtuvo una beca para estudiar en la Hans Hofmann School, un modernista alemán que vivió y trabajó en París y conoció a Picasso y a Matisse, que para Krasner eran dioses, y cuyas influencias se dejan ver en sus obra. Los seis dibujos que se exponen en Bilbao reflejan de esta forma sus primeras incursiones en la abstracción. Cuando se trasladó, en 1945 a Springs, a la granja adquirida gracias al apoyo de Peggy Guggenheim a Jackson Pollock, está superando un impasse artístico tras la muerte de su padre, el año anterior, pérdida que le impide pintar otra cosa que lo que ella denomina sus losas grises.

Después de la muerte de varios de sus seres queridos en los años 1950, incluido su esposo Pollock en accidente de tráfico, ocupa el gran estudio de su marido y de esta manera puede recuperar su obra de gran formato. Tras un periodo de duelo, con una producción en tonos ocres, la artista regresará en la década de los 1960 a la luz y el color dentro de su pintura.

La muestra se cierra con una colección de collages realizados a partir de una carpeta de dibujos suyos que encontró en 1974 y que decide utilizar como materia prima décadas después para sus últimos trabajos.

Hasta el 10 de enero. Tras su paso por Londres, 'Los colores vivos de Lee Krasner' se pueden ver en el Museo Guggenheim Bilbao hasta el 10 de enero, en la primera retrospectiva en Europa de la artista neoyorquina. Está patrocinada por Seguros Bilbao.

62 obras. Repasa su carrera a través de un total de 62 obras de seis décadas, desde sus tempranos autorretratos y dibujos de finales de los años 20, a sus collages finales.