El magnicidio del presidente John Fitzgerald Kennedy le ha servido de excusa a Bob Dylan para publicar su primera canción inédita en los últimos siete años. Se titula Murder most foul (Columbia. Sony) y es una metáfora sobre los duros tiempos que vivimos, así como una declaración de amor a la música como salvavidas hacia la redención.

Murder most foul, algo así como el asesinato más infame, de la que se desconoce su fecha de composición y grabación, se publica tres años después de su último trabajo de estudio, Tripiclate, en el que adaptaba al country y el jazz estándares estadounidenses. El tema actual, de casi 17 minutos de duración y el más extenso de su carrera, es su primera canción propia en sus últimos ocho años, desde la publicación de Tempest.

Recitado más que cantado y con influencias que van de clásicos eternos como Leonard Cohen a actuales como Nick Cave, suena monocorde, sobre un manto lento que se sustenta sobre la voz, un piano omnipresente, una tímida percusión y unas tenues cuerdas. Tomando como punto de partida el asesinato de Kennedy en Dallas, en noviembre de 1963, Murder most foul narra el final de una era marcada por el optimismo y la armonía, y la llegada de otra, “la del antiCristo”. Contrapone a The Beatles, el jipismo y Woodstock con el fin del sueño tras el magnicidio y las muertes en el festival de Altamont, en los que “la fe, la esperanza y la caridad murieron”.

Sanación

En esta crónica histórica que llega hasta un presente donde “el negocio es el negocio” y “solo las personas muertas son libres”, Dylan ruega a Dios que le envíe “algo de amor” en contraposición a las mentiras. Y al final aboga por el arte y la música como sanación. Su canción está repleta de referencias a artistas, muchos de ellos procedentes del blues, de Guitar Slim a John Lee Hooker, el gran Bud Powell y Etta James, y de otros estilos como Patsy Cline, Everly Brothers, Eagles, Fleetwood Mac, Queen, The Animals, Elvis, Oscar Peterson, Stan Getz, Art Pepper o Thelonius Monk, además de a los cómicos Buster Keaton y Harold Lloyd.