BILBAO. El Museo Guggenheim Bilbao acogerá del próximo 29 de febrero al 10 de mayo la exposición 'Richard Artschwager', con 80 obras del artista estadounidense que trabajó a medio camino entre pintura y escultura, y que desarrolló un lenguaje "único" a partir de los nuevos materiales domésticos de su tiempo.

El proyecto, concebido por el renombrado curator Germano Celant y coorganizado por el Museo Guggenheim Bilbao y MART-Museo d'Arte Moderna e Contemporanea di Trento e Rovereto, comprende unas 80 obras a las que se une una cuidada selección de materiales de archivo y documentación rara vez expuestos.

Según ha informado el Museo bilbaino, diseñada como un laberinto abierto que pone de relieve los núcleos principales de la obra de Artschwager, la muestra presenta un amplio repertorio de trabajos que datan de principios de los años sesenta hasta la primera década del siglo XXI: de las obras tempranas en madera, las estructuras en formica y pinturas en Celotex, hasta las esculturas en pelo de nylon y las "obras de esquinas", pasando por las piezas hechas con crin de caballo y los llamados blps, intervenciones que el artista empezó a realizar a partir de 1968 y a desplegar de manera individual o en serie, en interiores específicos o en toda una área urbana.

Artschwager, que tuvo una experiencia clave como ebanista en los inicios de su carrera, siempre orientó su trabajo hacia la fusión de la figuración y la abstracción, el diseño y la innovación artística e "irónicamente buscó combinar lo funcional y lo inútil", han indicado los organizadores de la muestra.

Con sus pinturas y esculturas, Artschwager planteó una ruta característica que combinó la artesanía y la industrialización, abarcando el espacio, así como los objetos y seres que lo habitan. El artista representa lugares, escenas de la vida cotidiana y enseres comunes como mesas, sillas y armarios, reinterpretándolos por medio de materiales industriales comunes como la formica, el Celotex, la pintura acrílica o la crin de caballo revestida de caucho.

Igualmente, exploró la forma geométrica pura, particularmente en sus esculturas, adentrándose en la abstracción y sirviéndose de las figuras macizas para evocar una suerte de ilusionismo pictórico.

"Estilísticamente, Artschwager mantuvo una "ambivalencia deliberada y muy distintiva, desafiando el dogmatismo iconográfico de tendencias que, como el Minimalismo o el Arte Pop, parecieron defender un cierto antagonismo entre ellas. Pero, en vez de permitir cualquier suerte de conflicto entre opuestos, Artschwager puso en práctica una síntesis que incluyó todos los elementos y posibilidades, por muy distintos que fueran, integrándolos", han apuntado desde el Museo bilbaino.

"Lo que me interesa --llegó a declarar-- es sobre todo la línea de demarcación entre las cosas ordinarias y las que reconocemos como objetos de arte." La obra de Artschwager continuamente cuestiona la apariencia y la esencia, aventurándose en los terrenos filosóficos de la ontología, la epistemología y la estética "con agudeza e inteligencia". "Así nos ofrece una interpretación del mundo que es delicada y realista, humorística y al mismo tiempo monumental", han concluido.

BIOGRAFÍA

Richard Artschwager nació en 1923 en Washington D. C y murió en Albany, Nueva York, en 2013. Tras licenciarse en 1948 por la Universidad de Cornell (Nueva York), recibió clases de uno de los artistas precursores de la abstracción, Amédée Ozenfant. A comienzos de los años cincuenta, Artschwager se interesó por la carpintería, y realizó muebles sencillos.

Después de la destrucción que sufrió su taller como consecuencia de un incendio a finales de esa década, comenzó a realizar esculturas empleando materiales industriales de desecho; posteriormente, amplió su práctica a los ámbitos de la pintura, el dibujo, la instalación de ubicación específica y la obra basada en fotografía.

Artschwager forjó un camino singular en el arte, desde principios de la década de 1950 hasta los inicios del siglo XX, convirtiendo la asimilación visual del espacio y de los objetos cotidianos que lo pueblan en algo extraño, desconocido.

La primera exposición de Artschwager, celebrada en la Art Directions Gallery de Nueva York en 1959, fue seguida por las numerosas muestras individuales que le dedicó el pionero galerista Leo Castelli a partir de 1965.

Entre las grandes retrospectivas consagradas a su medio siglo de trayectoria se encuentran 'Up and Across' en el Neues Museum, Nuremberg, Alemania (2001); Museum für angewandte Kunst (MAK) de Viena (2002); Kunstmuseum Winterthur de Suiza (2003); Painting Then and Now, Museum of Contemporary Art, Miami (2003); Up and Down / Back and Forth, Deutsche Guggenheim, Berlin (2003); Richard Artschwager!, Whitney Museum of American Art de Nueva York (2012).