BILBAO. Por sus venas no corre sangre, sino música. Amagoia Loroño no recuerda ni un solo momento en su vida en la que no haya estado separada de la música. Cuando se le pregunta qué sueño le queda pendiente, no se imagina otra cosa a la que le hubiera gustado dedicarse. Josu Loroño, su padre, fundó una orquesta de acordeones, un sueño que compartió toda la familia. Su hijo, Asier, y su hija, Amagoia, acompañaron a su padre en sus conciertos por todo Euskadi.

Desde el año 2000, Amagoia lleva la batuta en la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao. Por ello, ayer recibió, emocionada, uno de los premios Bilbotarrak concedidos por la Asociación Mujer Siglo XXI en la Sociedad Bilbaina. Junto a la Orquesta de Acordeones también fueron premiados el Igualatorio Médico Quirúrgico y la propia Sociedad Bilbaina, fundada en 1839.

“Este premio no es solo para mí, es para toda la orquesta”, aclaró Amagoia Loroño poco antes de recibirlo. En el mundo son contadas las mujeres que ocupan un cargo como el de ella, aunque, por suerte, cada vez son más las que logran llegar a la cima. Pero, además, Amagoia Loroño se encarga de realizar los arreglos de las obras que actualizan el repertorio de la agrupación. “No hay mucho repertorio para acordeones, por eso es necesario realizar los arreglos. Los grandes maestros no han escrito para este instrumento. Pero no por ello tiene por qué asociarse con la música popular. Nosotros interpretamos todo tipo de música, desde popular y clásica hasta música vasca, zarzuela, ópera... Pero para ello tengo que hacer los arreglos”, explica.

En el mismo piso donde tiene la sede la orquesta de acordeones de Bilbao, en la calle Hurtado de Amézaga, se encuentra también el centro de estudios musicales Loroño Musikaltegia, de la que Amagoia Loroño también es responsable. “Cada vez tengo menos tiempo para dar clases, pero disfruto mucho cuando puedo. Concretamente, me gusta mucho inculcar la vocación por la música entre los más pequeños. De estas clases, suelen salir algunas y algunos de los futuros miembros de la orquesta”, explica Loroño.

Tres generaciones

Amagoia Loroño empezó a tocar el acordeón cuando tenía solo 8 años. Mientras sus amigos salían los fines de semana, ella y su hermano Asier -que le ha acompañado a lo largo de su trayectoria profesional- pasaban horas ensayando con su padre.

Décadas después, los integrantes de la orquesta se siguen reuniendo para ensayar los numerosos conciertos que ofrecen asiduamente en Bizkaia, Euskadi, el Estado y, en ocasiones, durante sus giras internacionales. “El escenario natural donde tocamos son los teatros, pero también hemos actuado en museos, al aire libre, en iglesias... En Euskadi existe mucha tradición por el acordeón”, explica.

En la actualidad, la orquesta está formada por treinta músicos, “la mayoría mujeres”, matiza Amagoia Loroño. “Y están representadas tres generaciones, la más joven tiene 14 años y la mayor, 70. No es cuestión de edad, hay que sentir pasión por la música, y tener un poco de espíritu de trabajo. Hay que trabajar, ensayar, dedicarle tiempo... Nuestros músicos son maravillosos en este sentido”.

A Amagoia Loroño se le acumulan los premios. Al de Bilbotarrak, que recibió ayer en nombre de la orquesta, ella tiene también la distinción de Bilbaina de Honor, en reconocimiento a lo que ha sido su vida, a la labor al frente de la orquesta. Amagoia Loroño, que presume de ser de Bilbao de toda la vida, es, además, profeta en su tierra, ya que allá donde va lleva el nombre de la ciudad innato con la Orquesta.