BILBAO. A lo largo de su vida, Sorolla (Valencia, 1863-Cercedilla, Madrid, 1923) llegó a pintar cerca de dos mil óleos sobre cartones o tabillas de muy pequeño tamaño.

Los llamaba "apuntes", "manchas" o "notas de color". Este formato fue cada vez más utilizado a lo largo del siglo XIX por los grandes artistas, pues permitía recoger con rapidez ideas o impresiones de cosas vistas en obras independientes que iban más allá de un simple boceto.

Consideradas en un principio obras íntimas, productos inacabados del trabajo del pintor, pronto se apreció en ellas su libertad creativa, y empezaron a exponerse y a cotizar como muestras de lo más personal y original del artista valenciano.

Sorolla las utilizó a veces para ensayar composiciones, pero a menudo como mero ejercicio. Las conservaba en su estudio, sujetas con alfileres cubriendo con ellas paredes enteras, pero pronto empezó a enmarcarlas, y en todas sus exposiciones estos cuadritos tuvieron una presencia abundante y destacada.