BILBAO - Las orquestas no tienen edad. Así lo demuestra un año más la EGO (Joven Orquesta de Euskal Herria) en su serie anual de conciertos dentro de su programa de verano. Los ochenta músicos de este grupo llegan hoy al Teatro Campos Elíseos de Bilbao después de su concierto de ayer en Hondarribia. La localidad guipuzcoana volvió a ser el lugar elegido para escuchar las primeras notas de los distintos instrumentos que conforman este grupo. Los artistas que se encuentran detrás de los mismos afrontan estas fechas con “ilusión y mucha emotividad”, tal y como señaló Juanjo Ocón, director artístico de la EGO.

Como es habitual en este tipo de orquestas centradas en la formación de jóvenes promesas, la renovación es un punto elemental cada año. Esta vez, además, desde la dirección de la EGO aseguraron que estos cambios “han ido más allá del 33% de nuevos talentos que suelen llegar cada año”. Pese a que algunos de los instrumentos requieren más años de actividad, se ha hecho una excepción en busca de rejuvenecer la plantilla, que cada año tiene una media de edad más baja. La ilusión por esta experiencia no se queda solo en los encargados de tocar los instrumentos en cada una de las actuaciones, sino que los que están al otro lado del escenario durante todos los días de preparación también asumen los mismos sentimientos. Pese al paso de los años y a lo que podría volverse monótono, Ocón no dudó en afirmar que “ser director de la Joven Orquesta ayuda a sentirse joven”, algo que comparte con el resto del staff.

Una parte fundamental de este sentir general es enseñar y conocer a nuevas personas con la asiduidad mencionada con anterioridad. El rango de edad que cubre la EGO, de 16 a 26 años, no ha variado en exceso durante las últimas ediciones de sus encuentros de verano e invierno, “salvo excepciones de gente más joven con un potencial extraordinario”. Sin embargo, “cada vez nos centramos más en chicos y chicas de entre 16 y 21 años”, apuntó Ocón. Su estancia en la EGO suele ser de alrededor de dos años, aunque oscila entre un único año y un límite oficioso de cuatro años.

Otra de las normas no escritas dentro de la orquesta es la equiparación entre ambos sexos. “Por norma general, hay instrumentos más masculinos y otros más femeninos, por lo que es fácil cuadrar el número de chicos y chicas”, remarcó el director artístico de la EGO.

Sus programas tampoco han sufrido grandes cambios durante los últimos cuatro veranos, en los que han repetido las cuatro localizaciones de sus conciertos estivales. Sus esfuerzos ante el público comenzaron ayer en Hondarribia, que se ha convertido en una sede fija gracias al interés de la localidad guipuzcoana en contar con sus servicios. Esta tarde llegarán al Teatro Campos Elíseos de Bilbao, donde comenzarán a tocar sus instrumentos a las 20.00 horas. Un horario que se mantendrá el domingo y el lunes en sus sesiones en el Teatro Principal de Gasteiz y en el Victoria Eugenia de Donostia. La EGO, aún así, no cierra la puerta a actuaciones futuras, pues “pese a que hacer cuatro programas está muy bien, siempre estará mejor hacer más”. En su conjunto, son cuatro frenéticas jornadas en las que ponen en práctica todo lo aprendido durante los ocho días previos a las actuaciones, tiempo que los afortunados de formar parte de la EGO han tenido para mejorar sus destrezas y su cohesión en la orquesta. Pese a ello, Ocón afirmó que “es habitual recibir llamadas de los futuros músicos días antes de nuestro primer día juntos y ellos mismos ya muestran sus inquietudes” de cara al trabajo a desarrollar durante el presente mes. No se puede decir lo mismo de la reunión anual que se realiza cada invierno, donde la crisis obligó a recortar la plantilla a cuarenta músicos y “la elección de la obra a tocar se ve influenciada por el número de instrumentos”.

La Sinfonía número 5

La elección de la obra que interpretan los jóvenes no ha tenido una especial dificultad, una decisión tomada entre la gerencia de la EGO y la dirección artística que recae en Juanjo Ocón. Este año, la elegida ha sido la Sinfonía número 5 de Chaikovski. En palabras de su director, se trata de “un tema que sirve para aprender a hacer grandes solos, que es algo que te piden para entrar en las oposiciones de cualquier gran orquesta”. Unas grandes orquestas en las que ya hay representación de antiguos alumnos de la OGE. Ellos mismos se han labrado su futuro dentro del panorama más cercano, en la Orquesta Sinfónica de Bilbao o en la Orquesta Sinfónica de Euskadi, además de otros grupos extranjeros de primer nivel. Como muestra de agradecimiento al aprendizaje vivido dentro de la EGO, algunos de estos alumnis regresan a la orquesta que les vio crecer cuando ya son profesores expertos. Ellos, junto a la plantilla habitual de docentes, son los encargados de dirigir las vivencias de una nueva generación. El propio Ocón muestra su felicidad y orgullo por que se den estos casos, al mismo tiempo que afirma que los nuevos alumnos “llegan con una idea de como tocar el solo”.

La labor dentro de esta entidad está más centrada en dar una opinión experta que complemente lo aprendido con anterioridad en los conservatorios de Euskadi, en los que han llevado a cabo la primera fase de sus estudios musicales. En cuanto a estos centros, el agradecimiento de EGO es importante, ya que “en los últimos años se ha dejado atrás la formación centrada en el instrumento y ahora también aprenden muchas más facetas de la música”. Un camino mucho más completo para el futuro, que hace que los jóvenes instrumentistas lleguen mejor preparados a su primera orquesta. Tal y como explica Ocón, sus alumnos “tienen unos profesores que les explican sus impresiones y, al final, son ellos los que experimentan en los ensayos cómo tocar esas obras. Es una experiencia que no se les olvida”.

Tras el estreno vivido ayer, el turno de Bilbao volverá a sacar a relucir los más profundos sentimientos de emoción de todos los componentes de la EGO. Esperan también que el público pueda sentir lo mismo, sobre todo en este año tan especial. Una edición en la que Ocón avisó que “desde el quinto día ya pudimos empezar a hacer fraseos, la concatenación de diferentes estrofas de una misma obra”. Por ello, es correcto decir que el sonido que emitirán esta tarde en el Teatro Campos Elíseos no distará mucho del de las grandes orquestas, pues se trata de una música que sorprende.