ILBAO - La Sala de Exposiciones de las Juntas Generales de Bizkaia acoge desde ayer la exposición Políticamente (In)correcto, en la que participan diez artistas noveles en apoyo de grupos sociales como el colectivo LGTBIQ+, mujeres, migrantes y personas con diversidad funcional. Pese a sus diferentes estilos y vivencias, todos ellos convergen en el arte diverso, cuya principal finalidad es denunciar ciertos comportamientos de la sociedad e impresionar al público que se acerca a contemplar sus trabajos.

La presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, se congratuló por sus novedosas formas de cultura. Los organizadores, a su vez, remarcaron que tan solo es una parte de una exposición mucho más grande y que tiene su otra mitad en la Expogela de los locales de Bilbao Historiko. Todo ello está englobado dentro de Bilbao Bizkaia Harro, un evento para visibilizar a las personas LGBTIQ+. “Es una exposición muy poderosa que obliga a quien la contempla a replantearse muchas cosas”, subrayaron Clara Fuster Pastor y Elena Gómez Menéndez, comisarias de esta exposición.

Por su parte, Aratz Castro, responsable de Bilbao Historiko, remarcó “el valor del arte como arma política”, uno de las razones principales por las que se ha decidido dar a conocer todas estas obras en un lugar con tan marcado carácter político. Entre los colaboradores de la muestra también figura la Federación Coordinadora de Personas con Discapacidad Física de Bizkaia, desde la que han llegado tres fotografías de Sheila González Azcona. En las mismas, la autora vizcaina se encarga de mostrar aquellos cuerpos que están más allá de lo normativo, lanzando un fuerte mensaje de inclusión, pues “todos tenemos alguna discapacidad, ya que nadie es capaz de hacer bien todo”.

Acto reivindicativo Como un acto reivindicativo se encuentran los autorretratos fotográficos de la artista transgénero Medea Pola. En su caso, realiza una crítica feroz a la actitud frente a la disforia de género gracias a una secuencia que recrea su ida y venida ante un espejo. Sin dejar atrás la lucha LGBTIQ+, la pareja formada por Alberto Taranco y Gui Martins enseña la más oscura intimidad de la segunda, que se define como “trans-formada y trans-tornada”. Algo similar se aprecia en los trabajos de las rumanas Denisa Szidorak y Anca Petrei, quienes conforman cuerpos que no son vistos con buenos ojos por la sociedad mediante la alteración de la ropa interior. Una ropa interior que también entra en las ideas plasmadas por Eduardo Gaviña en el cuerpo del varón, protagonista de Caprichos sí.

Mucho más abstractos son los cuadros de la congoleña Ritha Thende Migomba, realizados como calmante para su ansiedad y que son un reflejo de las diferentes fases de la sexualidad femenina: descubrimiento, adolescencia y vida adulta. La temática de la sexualidad y, unida a ello, el sexo también son los principales protagonistas de las imágenes proyectadas por parte de Helena Goñi, siempre desde un punto de vista integrador. Por su parte, el dúo de Santas Domingas, formado por Uxía y Alejandra, apuesta por la presencia de dos mujeres en sus oscuras imágenes. Por último, Aitane Goñi simboliza los movimientos del cuerpo humano mediante varios dibujos que hacen referencia a una de las danzas típicas de Euskadi como es el aurresku.