CINCO mujeres diferentes pero con una característica común: la animación. Myriam Ballesteros, Isabel Herguera, Izibene Oñederra, Maite Ruiz de Austri y Begoña Vicario dirigen, realizan y producen sus propias películas desde hace años y ahora, el arduo trabajo que han desempeñado durante años como profesionales en el sector de la animación, será reconocido, por primera vez, en el festival Animakom en Bilbao.

Este festival celebra su tercera edición y tendrá como sede principal Bilborock, aunque también se extenderá a otros espacios como el Teatro Campos, el edificio BBF de Mondragon Unibertsitatea, el Instituto Francés y el centro de enseñanza DigiPen Europe-Bilbao, donde mañana se celebrará un encuentro de productores vascos de cine de animación. Sin embargo, será hoy cuando empiece el certamen que concluirá el próximo día 8. Durante estos días, la villa disfrutará de esta gran fiesta del cine.

Sin duda, el momento más especial de Animakom tendrá lugar mañana, cuando a las 19.30 horas, en la sala Cúpula del Teatro Campos Elíseos se reúnan las cinco realizadoras vascas -excepto Herguera que lo hará vía Skype- para recoger sus galardones.

Cada año, se entrega el Premio Animakom a una directora o profesional del cine de animación en reconocimiento a su trayectoria, pero este año será diferente. “Cada vez hay más mujeres que se interesan por este mundo y que están dispuestas a sacrificar proyectos más independientes. No obstante, dentro de la animación industrial la mujer sigue siendo un personaje bastante minoritario”, lamenta Herguera que se formó en la Facultad de Bellas Artes de la UPV, al igual que Izibene Oñederra y Begoña Vicario. Estas han desarrollado su carrera dentro del cine independiente de animación y sus obras han viajado por todo el mundo obteniendo grandes premios como muestra de la gran labor desempeñada. Oñederra afirma sentir una gran admiración por sus dos compañeras con las que ha tenido el honor de trabajar mano a mano y con las que ha crecido profesionalmente cuando todavía no había concluido sus estudios. “Mi primera película, Hezurbeltzak, la desarrollé cuando era estudiante de Bellas Artes y fue Bego Vicario la que me apoyó durante todo el proceso. Con este obra gané muchos premios, aunque al principio pareciese una apuesta muy arriesgada. Después conocí a Isabel Herguera y me apoyó en mi segundo trabajo, Hotzanak. Ella me enseñó a dirigir”, cuenta.

Los años de experiencia que han marcado el largo camino de Herguera y Vicario han servido de inspiración a otras generaciones. La primera tuvo que viajar a Alemania para que, accidentalmente, conociese lo que eran los dibujos animados. Por el contrario, Vicario aterrizó en Moscú siendo muy joven y todo lo aprendido lo trajo de vuelta, cuando aterrizó en el País Vasco, pero siempre manteniendo su esencia. “Mis películas siempre tratan temas de realidad social que a mí me preocupan y al resto también, como por ejemplo el tráfico de órganos, la violencia de género, los desaparecidos en las cunetas...”, cuenta. Todo ello se traduce en los trabajos que ha desarrollado hasta la fecha: Haragiak, Areka o Beti bezperako koplak.

Personajes Todos sus trabajos tienen un lado artístico que nada tienen que ver con las obras desarrolladas por Myriam Ballesteros y Maite Ruiz de Austri. “He dirigido series como Memé y el señor Bobo, Lola y Virginia, Sandra, detective de cuentos y Lucky Fred que se vendió a más de 150 países. Llevo 25 años en esto”, relata. En 2003 fundó Imira Entertainmet y en 2015, tras su venta, creó MB Producciones con el cometido de seguir creando y desarrollando series y largos de animación teniendo a la mujer como protagonista. “Ahora cada vez hay más protagonistas chicas, pero cuando empecé en todo esto me llegaron a decir que los personajes no podían ser mujeres porque el que tenía el mando era un hombre, pero yo hago lo que me da la gana”, cuenta. Siempre ha reivindicado el papel de la mujer en este mundo todavía masculinizado, es por eso que Ballesteros forma parte de la asociación MIA (Mujeres en la Industria de la Animación). “El objetivo es ayudar a dar visibilidad a la mujer en el mundo de la animación porque aunque en esta industria cada vez somos más, todavía hay pocas directoras y faltan mujeres que decidan qué se ve y qué se compra”, expone.

Lo mismo opina Ruiz de Austri que cuando comenzó a desarrollar largos era la única mujer en el Estado que había dirigido largometrajes de animación. “He dirigido más largos que muchos hombres pero también es verdad que tampoco hay tantas mujeres que los hagan”, manifiesta. Cuenta con una larga lista de premios entre los que destacan: dos premios Goya al Mejor Largometraje de Animación, por Ipar haizearen itzulera (1995) y ¡Qué vecinos tan animales! (1999), dos medallas de Oro en el Houston International Film Festival y medallas de plata y de bronce en The New York TV Festival. En la actualidad dirige la adaptación como serie de animación de la saga fantástica Memorias de Idhún, de la escritora Laura Gallego, y admite que es todo un honor formar parte de este proyecto. “Siempre suelo elegir historias para los más pequeños, pero esta en concreto es una obra pensada para jóvenes y es una maravilla porque la leí y me encantó. También tengo que decir que el sector de la animación es muy masculino”, expresa.

Todas y cada una de ellas tienen una historia diferente que contar, pero han llegado a la misma meta que es hacer animación. Con este reconocimiento se premia su experiencia laboral y la gran labor que desempeñan por ser mujeres y por luchar por conseguir sus sueños. “Animakom ya nos une de alguna forma y es un lujo poder aprender y apoyarnos entre todas porque hay que seguir creando películas de animación. Este premio es de todas”, concluye Oñederra.