DONOSTIA. Según explica Aranzadi en su página web, este monumento megalítico, denominado Jaizkibel V, fue utilizado como sepultura por los antiguos habitantes de la zona, cuyo perfil se corresponde con poblaciones "sedentarias" que "vivían normalmente de la ganadería y la agricultura" y tenían estructuras sociales muy definidas en sus poblaciones.

Los trabajos arqueológicos llevados a cabo en este lugar, que han contado con la financiación del departamento de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa y del Ayuntamiento de Hondarribia, han permitido descubrir en Jaizkibel una estructura "más compleja de lo inicialmente previsto".

El director de las excavaciones, Manu Ceberio, describe este hallazgo como "un círculo de piedras perfecto en el que se diferencian" dos losas de mayor tamaño "con formas especiales" y que se encuentran colocadas "una en frente de la otra", con una orientación noreste-suroeste.

Ceberio aclara que este tipo de círculos de piedra son "sepulturas prehistóricas destinadas a acoger los restos obtenidos de la incineración de una persona".

Sus autores, construían en la parte central de estos monumentos megalíticos "una pequeña cámara donde se colocaban las cenizas de las personas incineradas".

"Normalmente se realizaba un monumento para cada individuo y alrededor de Jaizkibel V se encuentran más estructuras de este tipo, aun sin excavar", aclara el arqueólogo.

"En la actualidad estos monumentos se ven en horizontal, ya que las piedras se han caído por el paso del tiempo, pero la verdadera disposición de las losas sería en vertical", precisa Ceberio, quien concreta que "el objetivo de estos crómlech, además de ser usados como sepulturas, también era marcar el territorio en el que vivían".