bilbao - Sus originales diseños llenos de colorido y originalidad la convirtieron en una de las diseñadoras más vanguardistas del panorama actual de la moda. Miriam Ocariz empezó pintando camisetas y pronto dio el siguiente paso hasta conseguir que sus estampados, dibujados por ella misma, fueran los más buscados del momento. Muchas famosas colgaron de sus perchas sus prendas, que podían encontrarse en Italia, Reino Unido, Francia, Alemania, Suiza, Nueva York, Japón, Hong Kong o Kuwait.
Pero su universo creativo abarca mucho más que la moda. Ocariz, que confiesa que ya dibujaba en su pupitre cuando era niña, eligió la carrera de Bellas Artes porque la gustaba la posibilidad de ofrecer una expresión artística completa. Trabaja el dibujo con intensidad, lo declina y manipula hasta conseguir múltiples variaciones que adapta a pañuelos o creaciones más íntimas como objetos, joyas y esculturas. Un universo personal, imaginativo e íntimo que presenta hasta el 3 de febrero en la Sala Rekalde de la Diputación de Bizkaia, que conjuga dibujos, moda y escultura. La muestra ha sido comisariada por el fotógrafo, Eduardo Sourrouille, y según explicó ayer en la presentación la diputada de Cultura, Lorea Bilbao, “contribuye al compromiso firme de la institución foral de dar visibilidad a las mujeres artistas de Bizkaia”. La muestra incluye expresiones de “lo naif, el humor, la ironía, el drama, lo visceral, lo fantástico y lo real” que “se entremezclan, como lo hacen sus lenguajes plásticos.
paleta cromática Esta no es una exposición que se vea en un momento. El espectador tiene mil y un detalles que ha integrado Ocariz en las piezas, recuerdos de su trayectoria vital y profesional, unidos por un hilo conductor como es la paleta cromática “que va desde el rosa furioso, delicado y jovial al rojo caliente, pasando por el negro profundo y misterioso hasta llegar a un blanco fresco y ligero”, según explica Ocariz.
La diseñadora ha ocupado toda la sala, desde las paredes a los suelos, creando “un espacio ilusorio”, partiendo de la esencia de su trabajo, que es el dibujo. Ha cubierto las paredes con sus dibujos en papel, como una suerte de papel pintado. También ha tapizado un sofá, emulando el salón de una casa. Para dar aún más la impresión de un hogar, muestra un minibar que la diseñadora tiene en su domicilio y donde, además, figura ella retratada con una copa en la mano.
Llama la atención también del espectador una figura tumbada “en la que he recogido referencias constantes y personas de mi vida”. Y un altar mexicano, “que realicé en un momento de tránsito y complicado, con elementos de mi vida en el pueblo, referencias familiares, de mi historia... Fue como una terapia en ese momento”. Al lado, una pareja de novios en rosa, “masculina y femenina, un tema que siempre me ha interesado, y que están presidiendo el altar”. En las vitrinas, Ocariz ha reunido objetos como enchufes, bombillas con caras de mujeres y hombres... con claro tono irónico.
A Ocariz también le interesa jugar con las escalas, por lo que al lado de los objetos pequeños, a veces diminutos, una camiseta de impresionantes dimensiones con el tema de King Kong -“un personaje que me encanta”- cuelga desde el techo y cae a los pies del público.
La moda, sin embargo, no está ausente en la exposición de Miriam Ocariz. Se presentan también sus primeros bocetos, composiciones elaboradas que fueron luego aplicadas en tejidos, y varios maniquíes que muestran varios de sus diseños.
“hombres de papel de fumar” Una serie de retratos de rostros masculinos en diferentes tamaños y formatos cuelgan de una pared negra. Son como hombres “consumibles” realizados en papel de fumar. También cuelgan los rostros de una lámpara, adquiriendo vida con el movimiento del espectador.
Ocariz, que presentó sus colecciones de prêt-à-porter durante años en pasarelas de prestigio, obtuvo en 2002 el premio a la mejor colección de nuevos talentos. Entre 2004 y 2006 asumió la dirección creativa de la firma catalana Armand Basi Mujer. Durante los últimos años su trabajo ha sido exhibido en exposiciones de diferentes galerías y salas de arte, algunas “orientadas a mostrar el componente gráfico”.
En 2015 Ocariz dio “un giro total en su trayectoria” y se desligó “en gran medida de la vertiente comercial” para “volver a su esencia, al dibujo y a sus variaciones, siempre desde una óptica amplia y en continua búsqueda de nuevos soportes y aplicaciones”.