donostia - La colección de cuentos Bihotz handiegia, de Eider Rodríguez; las ilustraciones que Yolanda Mosquera realizó para La pequeña Roque, y el ensayo cinematográfico de Santos Zunzunegui Bajo el signo de la melancolía fueron galardonados con los Premios Euskadi en literatura en euskera, ilustración y ensayo.

La entrega de estos premios tendrá lugar en una gala que se celebrará el 27 de noviembre en el Museo Artium de Gasteiz en la que se repartirán también los galardones correspondientes a las categorías de literatura en castellano, ensayo en euskera, traducción literaria al euskera y literatura infantil en euskera, que se darán a conocer en unas semanas.

El consejero vasco de Cultura, Bingen Zupiria, señaló en la rueda de prensa en la que hizo públicos los nombres de los galardonados, que estos premios pretenden ser un “empujón” a la labor de los creadores vascos y constituyen una “oportunidad” para visibilizar sus obras que “vuelven a convertirse en noticia” al tiempo que suponen un reconocimiento de las instituciones.

Eider Rodríguez (Errenteria, 1977) ofrece en Bihotz handiegia seis narraciones en las que explora el mundo interior de “gente normal”, “personajes corrientes”, “hombres y mujeres” que no tienen “historias épicas”, ni “grandes sueños”, según señaló la autora galardonada. Sus protagonistas están “llenos de contradicciones”, una característica sobre la que pone el foco una escritora que ha hecho del cuento “su género” porque no necesita “más palabras, ni más hojas” para contar sus historias, aunque reconoce que sí tiene tentaciones de abordar otros formatos más amplios en un futuro próximo.

“Construye personajes retorcidos para lanzarse, de una forma original, a la búsqueda de la maldad humana oculta”, destacó el jurado de Rodríguez, autora de los libros de cuentos Eta handik gutxira gaur (2004), Haragia (2007) y Katu jendea (2010).

ilustración en la narración Yolanda Mosquera (Amurrio, 1973) ha ilustrado el clásico de Guy de Maupassant La pequeña Roque con dibujos elaborados con polvo de grafito que difumina con los dedos y a los que posteriormente aplica un acabado digital.

El jurado de los galardones literarios ha destacado el “tratamiento de la ilustración y su elegancia en contraste con la dureza de la historia”, que gira en torno a la violación y asesinato de una joven en un pueblo francés en el siglo XIX, y crea una “atmósfera y una doble cultura imagen-texto en la que en todo momento se mantiene la intriga de la narración”.

melancolía como placer El catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad del País Vasco, semiólogo e historiador cinematográfico, Santos Zunzunegui (Bilbao, 1947) analiza en el ensayo Bajo el signo de la melancolía. Cine, desencanto y aflicción la melancolía entendida como “el placer de estar triste”, explicó el autor parafraseando a Víctor Hugo.

El libro, que es fruto del trabajo de doce años, “evita el exceso de erudición a favor de una lectura más amable” y logra “traspasar los límites del mundo académico para plantear cuestiones universales cono la modernidad, la historia, la aflicción o la muerte” de forma que se constituye en un “regalo para las humanidades”, señala el jurado.

Dublineses, la última película de John Houston, basada en un relato de James Joyce, La habitación verde, de Francois Truffaut, inspirada en un cuento de Henry James, o los filmes de Orson Welles son producciones que constituyen un referente en el tratamiento de la melancolía en el cine, explicó.

Zunzunegui es autor de títulos como El cine en el País Vasco (1985), Robert Bresson (2001), La mirada cercana (1996) y La mirada plural (2008), ganadora del Premio Internacional de Ensayo Francisco Ayala. - Efe