S ON diez años de ska, rock, baile, fiesta y denuncia. Con esos combustibles se ha alimentado Vendetta, grupo navarro que el sábado ofrece su última actuación vasca, en el Kafe Antzokia bilbaino, antes de su disolución. La música empezará a sonar a las 21.00 horas.

Esta última cita vasca llega tras una intensa pero corta gira que ha pasado ya por Donostia y Gasteiz, y que concluirá en el Festival Viñarock, el próximo día 28. “La vida es como un libro en el que hay que ir pasando páginas, y es el momento de pasar una más. Sabemos que todo tiene un principio y un final”, explicó Vendetta al anunciar su disolución. “Y como todo fin de algo importante tiene un punto de tristeza por lo que dejamos, pero también una gran satisfacción por lo vivido e ilusión por lo que vendrá”, apostillaban.

El grupo, que nació “con la intención de disfrutar y hacer disfrutar”, baja la persiana convencido de haberlo logrado gracias a cinco discos bilingües e infinidad de conciertos en Euskal Herria, el Estado español, Europa y América Latina. Un viaje que va de su debut homónimo, en 2009, hasta su último CD, Bother, editado en 2016 y que suena “más unificado” que el resto porque el grupo buscó solidificar “el ska, el reggae y el rock steady”, con el añadido electrónico y la colaboración rapeada de uno de los miembros de Los Chikos del Maíz.

dejarse el alma Bother the police, Udarako gau luzeak, Pao pao pao, Begitara begira o Leña al fuego son solo algunos de los éxitos de Vendetta en esta década de sudor, canciones, fiesta y compromiso. Defienden que siempre quisieron “protestar contra todo pero sin dejar de divertirnos, sonreír y bailar”. Y para estos últimos conciertos, los navarros han confirmado que cerrarán esta etapa “como se merece: dejándonos el alma en cada canción”.