donostia - El pianista y profesor donostiarra Josu Okiñena ha publicado un libro en el que reflexiona sobre los fundamentos científicos de la interpretación musical. Con este ensayo el músico defiende que hay un proceso de investigación previo y sistemático por parte del intérprete antes de un recital y que el resultado final pasa por su “filtro”, puesto que el intérprete es un observador activo de la obra a la que da vida.
Okiñena defiende que cualquier composición abre “múltiples posibilidades” a la hora de interpretarla y como prueba, durante la presentación de ayer en Musikene, tocó al piano de tres modos diferentes un mismo pasaje de la Rapsodia en Sí menor Op. 79 num. 1 de Johannes Brahms, que el pianista tomó como referencia para su trabajo. “Si estudio la obra seguro que se me abren muchas más lecturas”, defendió Okiñena. Así, ante la serie de posibilidades que se abren frente a él o ella, es el intérprete el que toma una decisión y opta por un enfoque concreto, siempre “desde el respeto al texto del compositor”.
El libro presentado ayer trata de profundizar en el proceso que sigue el músico al tomar esa decisión que, al final, “es una manifestación de la subjetividad del intérprete” que al interpretar una obra asume también unos compromisos con ella.
En esa decisión influyen múltiples factores como la situación personal del intérprete, la sala donde vaya a tener lugar el recital, el público que espera, el instrumento que vaya a utilizar... También el estudio histórico de la obra o el poder conversar con el autor aportan nuevos significados, “que interactúan con los anteriores” y confluyen en una decisión consciente del artista.
El pianista y profesor donostiarra explicó que la elaboración de esta obra ha sido compleja “porque no existían referencias previas” en este ámbito que teorizaran sobre la práctica interpretativa. Añadió que sus argumentos científicos se han basado en el constructivismo sistémico y la teoría del conocimiento de la complejidad.
claridad En la presentación de este libro, Okiñena estuvo acompañado por Gabriel Erkoreka, presidente de Musika Bulegoa, y Carmen Gómez Nieto, doctora de la universidad de Valladolid y especializada en teoría del conocimiento. Erkoreka, como compositor, incidió en que al crear una obra todo autor la dota de distintas capas o posibles lecturas que permiten al intérprete apostar por una o varias de ellas. “El objetivo sería, incluso, que todas esas lecturas llegaran al público para que también los oyentes fueran capaces de hacer esa elección y lograr así vivencias diferentes a partir del mismo texto”, apuntó.
Gómez Nieto, por su parte, destacó que Okiñena reafirma la relación entre ciencia y arte, ya que muestra que existe un proceso de investigación sistemático previo a la interpretación artística basado en fundamentos científicos. Erkoreka destacó la “claridad” del autor en sus planteamientos, que permite que el libro se pueda entender de forma sencilla. Incidió en que la obra no es un manual, pero sí permite a cualquier músico meditar y profundizar en relación a su responsabilidad como intérprete a la hora de interpretar.