bilbao - Dada a conocer entre el gran público a través de sus colaboraciones con Ricardo Arjona y el músico y actor Hugh Lurie (Doctor House), la latina Gaby Moreno tiene una voz capaz de cantar en inglés y castellano, y de enamorar a audiencias bilingües con su soul que no da la espalda a sus raíces latinas. Esta tarde acercará su álbum Illusion (Termidor Musikverlag) a la Sala BBK. “Si te recuerdo a Amy Winehouse es porque tenemos las mismas raíces”, explica.

Llega con ‘Illusion’, disco que parece una declaración de principios.

-Al principio buscaba que se pudiera entender en inglés y en español, ya que incluye temas en ambos idiomas. Cuando tuve la canción homónima, me gustó como título. Decidimos jugar con la exposición doble de las fotografías como ilusión óptica. Sí, hay algo más profundo. Mentiría si dijera que no soy una persona muy soñadora, que vive de las ilusiones.

Hacen falta en estos tiempos tan convulsos. De hecho, titula otra canción ‘Sálvese quien pueda’.

-Hay un balance premeditado. Tenía unas canciones terminadas y me comentaron que sonaban oscuras. No estaba deprimida, simplemente nacieron así, en tonos menores. Las últimas busqué que fueran más optimistas y esperanzadoras.

‘Illusion’ es fiel a usted, compositora y cantante bilingüe que bebe de la música de USA pero sin renunciar a sus raíces cuando canta ‘La Malagueña’.

-Al mudarme a Los Ángeles, a mis 18 años, el blues y el jazz eran los géneros que conocía y en los que más a gusto me sentía. Componía y cantaba en inglés, quizás porque se me hacía más auténtico. Después me di cuenta del error tan grave que cometía al no valorar mi idioma natal y mis raíces.

Alterna el sonido acústico y el eléctrico, ¿son solo ropajes para lo importante, el esqueleto de la canción en sí?

-Siempre me han llamado la atención las canciones que no están arropadas. Lo importante es buscar ese espacio entre notas, dejar que el oyente tenga tiempo para procesar lo que oye.

Incluye folk, jazz y sobre todo, soul. ¿Le gusta que le etiqueten?

-No, soy partidaria de los “desgenerados”, como dice mi amigo Kevin Johansen. Me gustan los artistas difíciles de clasificar. Si hiciera siempre lo mismo, perdería el interés. Es bueno sorprender.

Algunos temas remiten a Amy Winehouse. Contar con su productor, Gabe Roth, no sería casual.

-Amy poseía una voz espectacular y era genial como compositora y guitarrista. Imagino que ella tenía las mismas influencias que yo: Ray Charles, Billie Holiday y Ella Fitzgerald. A Roth lo elegí por mi admiración a su trabajo minimalista y su peculiar manera de grabar, todo en analógico. Es un genio.

Debería ser más fácil darse a conocer para los artistas que no se vuelcan con el pop o el rock más comercial, ¿verdad?

-Claro, sería lindo que existieran más oportunidades y que el gran público consumiera toda una variedad de estilos. Un mundo donde puedan sobresalir canciones más profundas, las que no tienen miedo a desviarse de lo comercial. Una solo puede soñar...

“Hay un camino que nos trajo hasta aquí”, canta en ‘Fronteras’. Como residente latina en USA desde hace casi 20 años, el actual tampoco es el mejor momento.

-Soy una privilegiada y por ello, quiero seguir dando voz a aquellos que no son escuchados. Es vital seguir llevando ese mensaje de celebración de la diversidad. Se puede convivir entre dos culturas. Algo que nos une a los latinos y los hispanos es que sabemos disfrutar de los buenos momentos. “Está en nuestras venas”, digo en la canción. Deseo que sea un tema de esperanza y solidaridad.

¿Cómo se plantea el concierto de esta tarde en Bilbao?

-Estaré con mi batería Sebastian Aymanns, alemán, como el pianista y órgano Hammond Martin Meixner, y con el bajista Kimon Kirk. Yo tocaré guitarras acústica y eléctrica, y cantaré en español y en inglés, de discos pasados y de Illusion. Respecto a las salas, me siento cómoda cantándole a diez personas o a mil. No busco los rostros de las personas, me pierdo en la música y la energía del público es la que va alimentando la euforia.