CON el mismo espíritu que La Casita de Sabino y en su misma línea, La Taska de Isozaki se ha hecho un hueco de honor en la hostelería bilbaina al abrigo de las emblemáticas torres del arquitecto japonés que les da nombre.
En un local con alma de bodeguilla de antaño y con una oferta de producto donde reinan el marisco y los pescados frescos y de temporada, salvajes, el comensal disfrutará del gusto por las cosas bien hechas. No en vano, permanecen atentos a las demandas de sus clientes, lo que les ha llevado a incorporar carnes a su carta.
Dicho y hecho. Por petición de la clientela, ha renovado su carta y actualmente se puede elegir también un jugoso chuletón, además de sus siete/ocho variedades de marisco. Con estos últimos productos marinos se puede componer un picoteo de altura, a base de gambas, langostinos, nécoras, almejas... y no faltan unas selectas antxoas y unos espárragos para los amantes de los productos de la huerta.
En La Taska de Isozaki, la calidad es más que una premisa, como asegura Sabino, al frente del negocio. Con voluntad de que quien prueba, repita, ha surtido también una bodega que permite regar adecuadamente cada producto. Para ello dispone de vinos de distintas denominaciones de origen, especialmente blancos, que maridan tan bien con los pescados. En este sentido, hay variedad de vinos gallegos e incluso tienen algunos franceses. Además, por supuesto, del txakoli autóctono.
La amabilidad de su equipo es allí el ingrediente complementario para sentirse a gusto.