IBARRANGELU - Blanco es un enamorado de la poesía. Cree a ciencia cierta que este género literario no solo tiene un público fiel, sino que va en aumento. “Vuelve a estar de moda”, dice sonriente este magistrado que en su libro Poesía (1971-2016) (Editores Muelle de Uribitarte) aúna toda su obra poética dispersa con piezas inéditas. El prólogo de Jon Juaristi hace un estudio minucioso sobre las características de la poética y de sus influencias literarias de este viajero que ha recorrido medio mundo.
Aunque es un prolífico autor de poesía como demuestra con Árbol joven y eterno, Fábula de Ariadna y Teseo, La barca de antaño (1976), De Bangor a Delos (1984), Poemas de los lagos (Accésit del Premio Alonso Ercilla del Gobierno Vasco 1987), entre otras obras, también se ha sumergido en el terreno de la narrativa con Una vida breve, por la que obtuvo el Premio Asturias de novela. Luego aparecieron La montaña de algodón y Como la luna de enero.
Además, Blanco ha sido, junto al recientemente fallecido periodista Carlos Bacigalupe, el artífice de la Colección Bilbaínos recuperados, que a iniciativa de la Fundación Bilbao 700 y de la Editorial Muelle de Uribitarte ha rescatado del olvido en la última década a personajes ilustres de la Villa como el Padre Arrupe, Jesús de Sarria, Enrique Epalza, Diego María de Gardoqui, Alejandro de la Sota, Mazarredo y Urquijo, Fernando de la Quadra Salcedo, el poeta Juan Larrea, el escultor Mogrobejo, el ensayista Rafael Sánchez Mazas, la estupenda poetisa Ángela Figuera.... personajes de todas las áreas de la sociedad bilbaina.
¿Qué busca con ‘Poesía 1971-2016’?
-Comencé a escribir en el año 1970. Desde entonces he publicado ocho poemarios en distintos sitios. Unos en Bilbao, otros en Zaragoza, en León... Ahora he querido recoger en un volumen todos estos libros publicados junto con obra inédita porque había seguido escribiendo pero hacía unos años que no había publicado un escrito; así que además de los libros ya en el mercado, hay tres poemarios inéditos. Poesía 1971-2016 pertenece a la colección de poesía Gerión del sello Muelle de Uribitarte Editores. Además, se añaden tres poemarios inéditos cuyos títulos son: Una mirada para todos, Presencia de los dioses y Ese mundo ajeno.
¿Juez que escribe poesía o poeta que imparte justicia?
-Ambas cosas. Desde que empecé a escribir, ya a una edad tardía -los 30 años-, siempre he compatibilizado las dos profesiones. Para mí, la poesía es una profesión, una dedicación. No te lleva mucho tiempo porque siempre escribes cuando estás inspirado. A diferencia de la novela, donde tienes que dedicarle mucho tiempo, la poesía son momentos de inspiración que hacen posible escribirla al tiempo que ejerces otra carrera profesional.
¿Y además usted es editor?
-Sí. Tenemos una editorial familiar: Muelle de Uribitarte Editores, que ha publicado una colección de poesía, la Gerión, además de una narrativa cuya colección más numerosa es Vizcaínos recuperados. En ella publicamos una serie de personajes insignes de la Villa. Hasta el año pasado lo hacíamos en colaboración con Bilbao 700, pero ahora lo llevamos a cabo solos. El último que hemos editado ha sido Francisco de Iturribarria, un sacerdote poeta de principio del siglo XX, contemporáneo de Unamuno, y que lo hemos publicado ya solos desde la editorial.
¿En la colección ‘Bilbaínos recuperados’ publicó dos biografías?
-Sí. La de Ramón de Basterra, El resplandor de la locura y Fernando de la Quadra Salcedo, La poesía de la historia.
¿El poeta seguía al magistrado o al revés?
-Ambos fueron siempre de la mano. Primero fui secretario judicial unos años y luego juez, durante 20 años. Pasé por Miranda de Ebro, por Getxo varios años. Pero cuando ascendí a magistrado me mandaron a Lugo, porque la de juez es una profesión que se parece, en este sentido, un poco a la militar; te mandan a donde sea. Luego vine a un juzgado de lo laboral a Bilbao y estuve bastantes años hasta que me jubilé en la capital vizcaina.
¿Qué considera más difícil: ser juez o poeta?
-Ser poeta es una profesión, una actividad que cuando te inspiras te sientes muy bien y escribes. Dictar sentencias es muy difícil porque pocas veces una de las dos partes tiene toda la razón. A menudo tienen razón las dos, y como decía un profesor de la escuela judicial, lo difícil es decidir. Porque el fiscal dice una cosa, el abogado otra, y decidir es difícil.
¿Qué inspira su poesía?
-El recuerdo, los sentimientos del paisaje. Jon Juaristi ha hecho un prólogo brillante donde dice que me inspiro en los poetas ingleses e irlandeses.
¿Lo suyo con la poesía fue amor a primera vista?
-Yo empecé con Machado, Unamuno, Juan Ramón Jiménez y Rubén Darío cuando estaba en el Instituto. Era lo que hacíamos en aquellos tiempos en los que casi no había televisión; era nuestro entretenimiento. Leíamos sobre todo a la generación del 98. En los 70 conocí a Blas de Otero y también empecé a verle; he leído todo lo que he podido de poesía española, pero la inglesa me ha apasionado.
Es difícil la poesía para el gran público. ¿No prefieren la novela?
-Creo que no; puede ser complicada la poesía surrealista, Larrea, etc. pero la de Machado o la de Juan Ramón Jiménez no me parece difícil, y la mía tampoco; es una poesía sencilla escrita de forma muy directa. Además, creo que bastante gente lee actualmente poesía. Va un poco por rachas y modas; ahora está de moda otra vez. Aquí hay poetas muy buenos como José Fernández de la Sota y poetisas también.
¿Cómo quién?
-Las contemporáneas, Blanca Sarasua, Itziar Mínguez, entre otras muchas. Hay bastantes mujeres poetisas, quizás en estos momentos más que hombres. Además, con un gran nivel.
¿Las redes sociales dañan la poesía, en particular, y a la lectura, en general?
-No, al revés; hay poetas que están utilizando las redes sociales y les va muy bien. Existe una red de poetas vascos; Karmelo C. Iribarren, poeta de San Sebastián, dice que él ha llegado a ser conocido gracias a las redes sociales más que a través de sus libros. Las nuevas tecnologías pueden facilitar el acceso a la poesía. Aunque es verdad que la gente joven ahora está todo el día con el móvil, enredados en Twitter, Facebook, Instagram... Bueno, pero hay de todo.
¿Siguen surgiendo nuevos poetas en nuestro entorno?
-Sí. Nosotros publicamos en la colección Gerión un libro, Poetas vascos en castellano, donde hay una serie de gente joven muy buena y con ilusión que ha surgido recientemente.
¿Su próximo reto?
-Acabo de terminar una novela histórica sobre Lucrecia Borgia. Este género me apasiona. También estoy escribiendo una novela con base autobiográfica.
Si tuviera que elegir género, ¿sería novela o poesía?
-Poesía, sin duda; la he cultivado más que la novela.
¿Cómo la definiría?
-Una forma de conocimiento intuitivo y de ejercicio del idioma, del alma esencial del idioma. En ella y a través de ella recoges de forma muy simple todo; no puedes decir todo lo que dices en prosa y por eso controlas y simplificas más. Es un género más sintético y más cuidado y expresivo.