donostia - Dos formaciones muy habituales en la Quincena Musical, la Orquesta Sinfónica de Euskadi y la coral Andra Mari, unen fuerzas bajo la batuta del inglés Paul Goodwin para ofrecer el próximo lunes uno de los programas de corte más clásico del festival. En el concierto se podrán escuchar piezas de Haendel y Haydn, que “gustarán por su belleza”, según aseguró ayer Patrick Alfaya, director de la Quincena. El público vivirá distintas emociones en el recital, desde la alegría hasta la esperanza, pasando por la desesperación, gracias a las obras que interpretarán a partir de las 20.00 horas en el Auditorio Kursaal.

“Comenzaremos con Música acuática de Haendel, una obra que no podía ser más perfecta para estas dos agrupaciones”, señaló el director Paul Goodwin. Según explicó, es una pieza “maravillosa, escrita para ser tocada en el río. Aquí estamos rodeados de agua, por lo que es el lugar idóneo”. Además, aseguró que esta obra de Haendel permitirá que todas las secciones de la orquesta puedan destacar, “ya que todos los instrumentos tienen su momento y hay diversos solos”, explicó Goodwin.

A esta pieza, “bastante alegre”, le seguirá la Misa Nelson de Haydn, “una de sus grandes obras”, a juicio del director. Según explicó, se trata de una composición escrita en momentos de guerra, durante la invasión de Napoleón, por lo que el maestro decidió quitar los vientos metales de la orquesta para contar con más recursos en la guerra. “Por eso, las trompetas y la percusión cogen fuerza en la pieza, que es poderosa y emocionante”, afirmó.

El director señaló que es una pieza triste, pero que “sufre una transformación hacia la esperanza” y mira el futuro con optimismo.

Por su parte, el director general de la OSE, Oriol Roch, señaló que los músicos de la orquesta tienen una gran implicación con este concierto. “Recomiendo a la gente que vea la manera particular y muy actual que tiene Goodwin de trabajar esta música”, señaló Roch, cuya formación lleva 35 años actuando ininterrumpidamente en la Quincena y que este año ya ha participado en Las bodas de Fígaro. Sobre el trabajo de la agrupación sinfónica en este concierto, explicó que “se mete en un formato distinto, más clásico, al que están acostumbrados, por lo que a todos los intérpretes les apetece mucho”. A esto le sumó “el placer” de actuar con una coral. - M. Esnaola