Bilbao- Durante mucho tiempo, las superheroínas fueron personajes de segunda línea. Compañeras del héroe (más débiles que ellos) o amantes del mismo. A veces cumplían con el rol de dama en apuros, cuando el villano de turno las raptaba para usarlas de cebo con el objetivo de atrapar al héroe de turno. A excepción de Wonder Woman, prácticamente todas las superheroínas se limitaban a cumplir este papel. Aun así, ni siquiera la propia mujer maravilla se libró de ser una imagen hipersexualizada. Por suerte, esta situación comienza a cambiar durante los años 80. Las superheroínas comienzan a ganar protagonismo y ejemplo de ello es Tormenta, una mujer africana que llega a liderar los X-Men.M

Hoy en día nos encontramos con un panorama editorial mucho más positivo. Marvel y DC, las dos grandes casas en el género de los superhéroes, comienzan a dar más protagonismo a mujeres. Ahora, Thor es una mujer. Una decisión criticada por varios de los fans, pero apoyada por otros: “Hay fanáticos que, mediante Internet, criticaron muchísimo la decisión del cambio de sexo de Thor. Creen que les están mancillando algo que es suyo. Lo importante es que tenga una buena historia, da igual que el personaje sea hombre o mujer, si no hay un buen equipo que realice un buen trabajo, el personaje fracasará. Lo que me parece muy triste es que, por prejuicio, ni siquiera se acerquen a leer estos cómics”, explica Elisa McCausland.

Miss Marvel es otro ejemplo del cambio de rumbo del sector: Kamala Khan es la primer superheroína musulmana de Marvel. Una adolescente de origen paquistaní que lucha contra villanos en Jersey City. En sus aventuras, el choque cultural es algo habitual. “Ahora contamos con toda una nueva generación de lectores que están dispuestos a leer este tipo de cómics”, comenta McCausland. Cada vez hay más lectoras y más superheroínas. El cómic superheróico, comienza a ser un poco más accesible para todos y para todas. - Jon Martínez