bilbao - Smile busca nuevas y más amplias audiencias con su cuarto disco, Happy accidents (Warner), en el que se apartan algo de la Americana, el folk y el surf para abrazar un pop más bailable e indie donde las guitarras pierden presencia ante los sintetizadores pero se mantiene el mensaje positivo y hedonista. “Seguimos descalzos en la playa, aunque el disco describe cuando se hace de noche y sacan la bola de espejos”, explica el líder de los vizcainos, el cantante John Franks. .

Tenían un público muy fiel y muy ligado a un tipo de música y a una forma de vida. ¿Buscan ahora a otro más amplio?

-No sé, lo que tengo claro es que no hay miedo porque hay aspectos de nuestro ADN que siguen ahí y que no pueden desaparecer. Me gusta describir el disco como el momento en el que se ha hecho de noche en la playa y han sacado la bola de espejos; pero seguimos en la playa, descalzos. No veo tanta diferencia con lo anterior.

El nuevo disco surgió a raíz de la canción ‘City girl’ ¿verdad?

-Sí, fue el single del anterior CD, tuve mucho éxito y me hizo replantearme las cosas. Era una canción rosa en un disco ocre. Y me puse a investigar el nuevo color. Me apetecía crearme un reto creativo y no volver a hacer un disco folk. Además de City girl, contaba ya con Such a long time, que vibraba con la misma sintonía y me sirvió como punto de partida para el disco. Al final, elegimos diez en esta línea entre las muchas escritas.

¿Es simplista decir que han pasado del folk, la música surf y la Americana al indie pop?

-No lo sé. Lo curioso es que la canción que más ha gustado en cada disco era la más diferente al resto. Del segundo, All roads lead to the shore, fue Do as I want, la más playera y pop; y de Out of season, tan neo-folk y tranquilo, la citada City girl, arrasó aunque no lo representaba. A veces, tú no tienes el control artístico y es la gente y las propias canciones las que actúan. Y sobre los cambios de estilo... (duda). Hay gente que los banaliza, como si fuera tan sencillo como ponerse unos pantalones. No es así en Smile, donde hay una evolución. Quizá estaba en mi subconsciente y surgió sin más.

Como si fuera un feliz accidente, en alusión al título del disco.

-Exactamente, el disco está lleno de ellos y de ahí su título. Son cosas que aparecen porque sí y se convierten en partes esenciales.

El cambio en la instrumentación es palpable con el uso de los sintetizadores.

-Otro accidente (risas). El guitarrista Josu Aginaga dejó la banda, al igual que Daniel Merino, ahora en Dead Bronco, que no estaría cómodo con este sonido. Entonces apareció Antonio Garamendi por el estudio de Raúl Santolaria, en Sopela. De casualidad, le propuse participar en una canción y acabó haciéndolo en varias con los sintetizadores, coproduciendo el disco e integrándose ahora en el grupo junto al guitarrista Miguel Moyano (colaborador de Gari) y los tres de siempre, Ferdy Bretón (bajo), Javi González (batería) y yo.

Las canciones más pop y de ‘buen rollistas’ recuerdan al sonido de Crystal Fighters. ¿Ve algún paralelismo?

-Me lo han dicho ya (risas). Hombre, no los hemos tenido como referente aunque algunas de sus canciones me flipan. Será otra casualidad más, ya que ellos son muy hedonistas y rítmicos. En cuanto al ritmo, Such a long time y When the lights change incluyen a Borja Barrueta a las percusiones. Es el mejor batería de este país, ahora trabaja con Jorge Drexler y sus loops se asemejan al sonido de toda una tribu zulú.

Hay alguna guitarra muy Vampire Weekend.

-Ahí sí, es un grupo que me gusta mucho. Quieras o no, algunas influencias acaban por salir aunque, repito, el disco no surge con un referente claro. Lo que sí he hecho es investigar mucho en Spotify con bandas cuyos nombres ni recuerdo. Ha sido algo más sensitivo e inspirador que referencial.

En lo lírico hay menos cambios porque se mantiene ese halo positivo y luchador, el de tomar las riendas, buscar una segunda oportunidad y salir adelante.

-La gente pasa de las letras, pero me han dado un curro de la hostia. Hasta el resto del grupo me decía que alguna era larga y que quitara alguna estrofa. Para mí, son esenciales. Y estas nos unen a los Smile de siempre. Y son muy autobiográficas, como siempre.

¿Qué espera el grupo con este disco, busca la profesionalización definitiva?

-¡Es tan complicado en este país! !Y más cantando en inglés! No sé, ojalá sea posible. Estamos expectantes y con la idea de tocar y llegar a la mayor gente posible.