DIRECTORES por un día, compositores o aprendices de músicos. La tercera jornada de Musika-Música dedicó ayer un espacio a los más pequeños en el Palacio Euskalduna, además de su amplia oferta de conciertos. A lo largo del día, en la sala Barria, el festival preparó un taller infantil para niños de entre 5 y 8 años titulado Desde Bohemia a Bilbao, al que también estaban invitadas las familias. “A ver si el día de mañana mis hijos están aquí tocando”, comentó Beatriz, quien acompañó a sus hijos, Jon y Xabi, de 6 y 4 años, al taller instrumental impartido por Artebi, escuela de música, artes escénicas y visuales. “El objetivo es ofrecer a los niños actividades de movimiento, percusión, canto..., con el objetivo de que se acerquen a la música”, explicó la coordinadora de actividades didácticas, Mercedes Albaina. En este sentido, la propuesta que ofrecieron fue dar conocer de cerca los instrumentos y aprender a jugar con el movimiento y las melodías. “Podemos ser directores o componer una obra, ¿quién quiere probar”, les animaban los monitores de la actividad mientras los pequeños se entregaban a la música. Junto a ellos, unos jóvenes y talentosos músicos aguardaban a ser dirigidos. “Son diez instrumentistas de la escuela de música de Artebi”, explicó Albaina.

Así, cuando los niños levantaban una cartulina, sonaban los distintos grupos instrumentales de la banda para componer una melodía. “¿Qué instrumentos son de viento y cuál de percusión?”, cuestionaban los monitores ante la atenta mirada de los pequeños directores por un día. Así, paso a paso, las música iba fluyendo y el interés de los aprendices de director, aumentando.

Por su parte, los instrumentistas interpretaron obras que “suenan estos días en el festival como la del compositor vasco Pablo Sarasate, arregladas por Paula Pérez Bueno”, indicó Albaina. Además, los participantes en el taller realizaron un ameno y ficticio viaje desde Bohemia a Bilbao al ritmo de los instrumentos.

Para finalizar la actividad, a cada uno de los menores se le entregó una ficha donde proseguir con el aprendizaje. “Tenéis que poner bien el nombre de cada instrumento y, a partir de ahora, escuchar mucha música”, les despidió Albaina.

CONCIERTOS A lo largo del todo el día el Euskalduna registró un gran ambiente de público. Al mediodía, para entrar a Euskalduna había que aguardar pacientemente la cola y es que nadie quería perderse los diferentes conciertos programados durante todo el día. Entre los visitantes, una mezcla intergeneracional denotó que el interés por la música no entiende de edad. “Nos gusta mucho”, indicaron Ángel e Izaskun, una pareja de Mungia que acudió acompañada de sus hijas Laida y Amara, de 9 y 6 años, respectivamente. “Toco el violonchelo en la escuela de música de Mungia”, afirmó Laida, entusiasmada con la cantidad de actividades a su alcance.

También muy ligados a la música están algunos de los integrantes de la orquesta Behotsik, quienes disfrutaron de los conciertos una vez cumplida su actuación y se quedaron asombrados con la gran asistencia. “A lo largo de estos tres días está habiendo bastante público”, reconocieron los bilbainos Sandra Veiga, Jon Bienzobas, Inés del Val y Ane López de Aguilera, mientras veían “un poco de todo” dentro de la oferta musical del Euskalduna.

Sobre esta línea, la calidad del repertorio fue alabada también por tres mujeres muy aficionadas a la música como Carmen Hoyos, Cristina Ansotegui y Puri Usparitza. “Somos abonadas de la Orquesta Sinfónica de Bilbao y nos gusta mucho venir a ver los conciertos. El jueves estuvimos en uno que fue maravilloso. Hoy -por ayer- hemos repetido”, relataron.

De este modo, por cada rincón del Euskalduna se sucedieron los visitantes. Uno de los puntos de encuentro fueron los stands de información, donde cientos de personas dirimían su próximo destino. Todo ello mientras se solapaban las melodías y los aplausos tras cada actuación. Hoy, la música seguirá siendo protagonista en el Euskalduna para continuar con el maratón de conciertos que pondrán el colofón final al festival.