Dos bombas femeninas, Samantha Fish y Lita Ford, la primera con su rock sleazzy de ascendencia blues y la segunda con su hard rock tirando a heavy, han explotado este viernes por la tarde en la primera jornada del BBK Bilbao Legends Music Fest, antes de la cita de Blue Öyster Cult en un Bilbao Arena con algo más de medio aforo.

Con un tributo a MC 5, la encargada de levantar la verja del Legends ha sido Fish, la primera que ha enchufado su guitarra al amplificador para trasladar a la pista y al graderío –a las 18.30 horas todavía se veía bastante vacío– el calor que caía sin clemencia en el exterior. De estreno doble, ya que su mini gira estatal ha abierto fuego en Bilbao antes de pasar por Madrid y Barcelona, Fish, de solo 36 años, con una garganta dotada y tan eléctrica como su destreza sónica a las seis cuerdas, ha ofrecido una sesión de una hora en la que ha demostrado por qué está ascendiendo puestos entre los músicos de raíz de Estados Unidos.

Con un pie en el rock de sonido garajero con slide y otro en el blues, ha mostrado sapiencia al frente de la guitarra y ha demostrado su voz maleable, capaz de acercarse al hechizo del pop en cortes como Don’t Say It, en el que ha bajado las revoluciones de forma melódica y acariciante, entre la melaza y la garganta rota; al alma del soul, en el caso de Lose You, y a la electricidad furibunda en Rusty Razor, donde ha arañado con sus guitarrazos y un solo descomunal en intensidad y emoción.

La cantante y guitarrista estadounidense Samantha Fish, durante la primera jornada del BBK Bilbao Music Legends Fest Efe

La de Kansas City, bien acompañada por su banda habitual, el trío formado por Ron Johnson (bajo), Jamie Douglass (batería) y Mickey Finn (teclados), ha rescatado viejos temas como su mayor éxito, Bulleproof, ha hincado la rodilla ante el maestro Screamin' Jay Hawkins –larga, blues y sentida su aplaudida versión de I Put A Spell On You–, y ha promocionado con descaro su octavo y gran último disco: Paper Doll.

Ayudada por un sonido demoledor y con el homónimo Paper Doll al frente, que va de tomar el control y huir de las expectativas externas y que ha sonado aullador en voz y guitarras, ha promocionado sin ambages su repertorio actual, con paradas en ese guiño a la carretera que es Sweet Southern Sounds, un Can You Handle The Heat? con un teclado al que solo le ha faltado hablar o Fortune Teller, que ha sonado pesado, recitado y balanceándose entre el blues y la psicodelia. Una revelación, un auténtico vendaval al mástil y a la voz que se ha perdido mucha gente por lo temprano de la hora.

Lita Ford

Después, casi a las 20.30 horas y con un público que ocupaba algo más del la mitad del aforo de Miribilla, ha saltado al escenario una de las leyendas vivas del hard rock en clave femenina: Lita Ford (Londres, 1958). La veterana guitarrista tiene un espacio en el reciente libro enciclopédico Mujeres !Rock!, de Philip Auslander (Blume), que destaca la labor pionera del grupo femenino The Runaways, al que perteneció a mitad de los 70, puro cuero y ropa vaquera adolescente, imagen descaradamente sexual y hard rock manejado en la sombra por el productor Kim Fowley.

Siempre opacada por el brillo de su compañera runaway Joan Jett, Ford ha demostrado la razón de sus premios y por qué es considerada la Reina del Metal por los aficionados al género. Con una imagen juvenil, una voz en gran estado de revista para sus casi 70 tacos, y embutida en pantalón de cuero y camiseta negra, ha regalado un sonido convincente, sin concesiones y clásico aunque excesivamente lineal para los no fanáticos del hard.

Lita Ford, durante su actuación Efe

Soltó “you feel the power”, primer verso de Gotta Let Go, tema con el que ha abierto su actuación, y ya ha demostrado que el poder y la fuerza siguen acompañándola. Orgullosa de su colección de guitarras, todas ellas con pañuelos colgantes, la rubia ha repasado su trayectoria bien secundada por un guitarra solista que se ha atrevido con el spanglish y ha sido capaz de acompañar sus virgueros solos con solventes coros, y por una sección rítmica convincente. Con ellos y entre poses heavies, Lita ha picado tanto de su carrera en solitario como de algún rescate de su grupo púber, con el protagonismo añadido de varias de las versiones que suele interpretar con asiduidad.

Implacable como esa luchadora sin dolor a la que ha cantado en un Relentless de ritmo pesado, ha triunfado con Playin' With Fire, más heavy sin los teclados AOR originales, y el rescate de Cherry Bomb, bomba que está a punto de cumplir medio siglo y mantiene toda la frescura y fuerza.

Entre su versión glam–hard de The Bitch Is Back, de Elton John, y la reivindicativa Only Women Bleed, firmada por Alice Cooper, una balada que se adelantó décadas al MeToo, para denunciar la sumisión y la violencia que sufre la mujer ante la sociedad machista, Ford ha cogido velocidad con un recuerdo monolítico a Steve Jones, de Sex Pistols, con Black Leather, para encarar, entre los aplausos de una parroquia mayoritariamente veterana y masculina, un final en el que han encontrado acomodo y equilibrio la balada Close My Eyes Forever, a dúo con el guitarrista al micrófono, y la ochentera Kiss Me Deadly.

Cabezas de cartel

Y ya pasadas las 22.00 horas, turno para los teóricos cabezas de cartel de la primera jornada: Blue Öyster Cult, comandados por Eric Bloom, guitarra y voz, miembro desde los años 70, y, sobre todo, Donald Roeser, cantante y guitarra solista, que siguen en la brecha más de 50 años después de su aparición como uno de los pioneros de un rock que derivó en heavy y que sirvió como alimento a varias generaciones de bandas, con sus autoproclamados alumnos Metallica a la cabeza.

Blue Öyster Cult, comandados por Eric Bloom y Donald ‘Buck Dharma’ Roeser Efe

El dúo original, apoyado en la sangre fresca aportada por Danny Miranda (bajo), Richie Castellano, que ha saltado de la guitarra a los teclados, y Jules Radino (batería), ha ofrecido una actuación de nivel técnico reseñable pero excesivamente lineal, con demasiados valles y pocos picos debido, sobre todo, a que su discografía apenas cuenta con himnos populares.

Han arrancado zambulléndose en los primeros 70, citando a la peña con Transmaniacon MC y Before the Kiss, A Redcap, y han ido avanzando en su repertorio con el brindis cervecero a “la época dorada del cuero” con Golden Age of Leather . También han caído Burnin' for You, Harvest Moon y Hot Rail to Hell hasta desembocar en su (casi) presente con la balada heavy meliflua Tainted Blood reciente, de su disco The Symbol Remains. El público, entre el respeto y la frialdad, solo se ha acercado al desenfreno cuando han sonado dos de sus clásicos: Godzilla y el mítico (Don't Fear) The Reaper, entre la melodía pop y el desarrollo casi progresivo.