lA sonrisa de los dientes imperfectos de Pedro Guerra, superviviente de aquella ya lejana moda de los cantautores de finales del siglo XX, nos acompaña desde hace tres décadas, desde los tiempos del Taller Canario. La ofrenda de su alegría, poesía y emociones sigue viva en su último disco, Arde Estocolmo (Sony) que presentará mañana en el Social Antzokia de Basauri.
Este CD es su primera colección de canciones originales desde 2011 y agrupa 14 temas bajo un título que funciona como metáfora. “Cuando se mueve el sofá se puede encontrar todo tipo de porquería”, explica. “Eso ha sucedido en los últimos años. Tras una democracia y una Transición ideal, ha aflorado cantidad de basura que ha desestabilizado todo y nos ha hecho perder la confianza”, indica.
Guerra se muestra belicoso (con ecos al folclore latinoamericano, pleno de poesía y entre lo acústico y algún ritmo programado) contra esos lobos y cazadores voraces que “tienen hambre y violentan las leyes”, pero aporta también luz y esperanza cuando le canta al amor, la risa, la alegría y el fuego del hogar. Simultáneamente a Arde Estocolmo, editó 14 de ciento volando de catorce, un disco en el que puso música a otros tantos sonetos de Sabina (“lo sintió como un halago y un regalo”) interpretados por Silvia Pérez Cruz, Julieta Venegas, Silvio Rodríguez, J. Drexler, Pablo Milanés, Ana Belén, Serrat...
Por su parte, Jairo Zavala, antes en Vacazul y Amparanoia, acerca hoy al Kafe Antzokia de Bilbao su último y ya consolidado proyecto musical, DePedro. Presentará su último disco, El pasajero (Warner), en el que marida ritmos de rock, de África y Latinoamérica.