aMERICANA, rock de raíces o folk pop. Da igual la etiqueta en la que se encuadre a The Jayhawks, banda que ha firmado grandes canciones en su carrera durante las casi tres últimas décadas. Definitivamente sin uno de sus líderes, Mark Olson, y entregada al genio de Gary Louris, regresan con Paging Mr. Proust, disco que presentan mañana en el Kafe Antzokia y evoca a sus mejores trabajos.

The Jayhawks es ya una banda legendaria gracias a discos de los 90 como Tomorrow the green grass y Hollywood town hall. Las disensiones entre sus líderes mediatizaron su carrera hasta su regreso de 2011, Mockinbird time (ocho años después del enorme Rainy days), último compartido por los dos líderes. Hoy, el cetro es cosa solo de Louris, que ha trasladado al grupo de Minneapolis a Portland, logrando insuflar nuevos aires al cuarteto que completan Marc Perlman, Tim O’Reagan y Karen Grotberg.

El disco, co-producido por Peter Buck (guitarrista de REM) y con ecos de The Byrds, Tom Petty, Neil Young, The Beatles y Big Star, recupera sus melodías resplandecientes en la dulce Lovers of the sun (que les reconcilia con lo más pop de su discografía? y la de Teenage Fanclub) y Pretty roses in your hand, de distorsión a lo Crazy Horse, aunque sin olvidar el brillo acerado de las guitarras en Lost the summer o el ritmo encabritado de The dust of long-dead stars.

Su pegada melódica roza la perfección en la autobiográfica Leaving the monsters behind, que podría sumarse al repertorio de REM, mientras que la renovación lleva el nombre de Ace, con guitarras distorsionadas y exploradoras que recuerdan a los Wilco experimentales, y Comeback kids, de pulsión casi industrial. Un regreso a la altura y que contrapone clasicismo (la armónica y los “la la las” de Devils is in her eyes son excelsos) con capacidad de adaptación al presente en un CD cuyo título supone un guiño a En busca del tiempo perdido, de Proust. Lo han recuperado. Y la magia, también.