El modisto getariarra Cristóbal Balenciaga fue quien lanzó a la fama el encaje, un material fino que utilizó de manera masiva y con el que sacó varias colecciones en París. En el tratamiento de este material se fusionan la creatividad, la técnica, el oficio y la capacidad de innovación, valores que demostró tener Balenciaga. Por ello, el museo de Getaria, en colaboración con la Cité Internationale de la Dentelle et de la Mode de Calais (Francia), presenta la exposición Balenciaga, a través del encaje, que permanecerá en el centro hasta el 18 de septiembre. Además, es la primera coproducción internacional del museo, que este año cumple cinco años, y también cuenta con la colaboración de Donostia 2016 gracias al proyecto Conversaciones.

La exposición, comisariada por Catherine Join-Diéterle, está dividida en tres salas y pone en relieve la importancia del encaje en las creaciones del modisto, quien explotó todas las opciones que ofrecía dicho material, creando vestidos de cóctel, de gala, e incluso estolas, mantillas y sombreros. Nada más acceder a la muestra, el visitante podrá ver los primeros vestidos en los que empleó el encaje. “Sus primeras creaciones son en tul y de color negro, en las que jugaba con las transparencias”, señaló Igor Uria, director de colecciones del Museo Balenciaga y comisario asociado de la exposición junto con Shazia Boucher, conservadora del museo de Calais. Ayer, durante una visita guiada, destacaron que Balenciaga demostró que el encaje puede llevarse en distintos momentos del día.

Tres salas llenas de moda

La primera sala muestra las distintas maneras en las que Balenciaga utilizó este material, como un vestido de encaje que tiene un bordado realizado con cordoncillo u otro vestido que consigue un motivo floral muy logrado plegando el encaje. “En la II Guerra Mundial, le obligaron a reducir el uso de este material, porque lo utilizaba de manera masiva; entonces, creó piezas con tul, a los que agregaba tiras de encaje en zig zag”, señaló Boucher al hablar de otra pieza.

En la segunda sala, el visitante podrá apreciar el uso del encaje dependiendo de la codificación social, ya que respetaba las reglas de lo que se podía vestir en cada ocasión. Por ejemplo, la estancia contiene varios modelos formados por vestido y chaquetas, ya que no se podía acudir a los cócteles con los hombros descubiertos. “Además, se muestra una gran colección de vestidos de cóctel que tienen lazos para darles puntos de luz”, afirmó Uria. También hay complementos como sombreros y gorros, mantillas, estolas y mangas.

Por último, en la tercera sala se podrán contemplar espectaculares vestidos de noche de todos los estilos, desde algunos que marcan la silueta hasta otros más voluminosos. También se proyectará en esta estancia un vídeo que muestra cómo se confecciona el encaje con máquinas, además de las aplicaciones que ha tenido este material. “Mostramos vestidos únicos que tienen un fondo opaco, al que se le han añadido recortes de encaje”, destacó Boucher.

El Museo Balenciaga está desarrollando su proyecto pedagógico, una labor que también ha sido reforzada en esta nueva exposición. Los visitantes no solo observarán las piezas expuestas, sino que podrán tener entre manos distintos tipos de encaje, jugar con fotografías y crear distintas siluetas a los vestidos e incluso probarse reproducciones de dos diseños de Balenciaga. “Queremos reforzar una cultura de la moda”, señaló Miren Vives, directora del museo, quien señaló que la pedagogía está tomando importancia en el centro.

Shazia Boucher, por su parte, apuntó que la colaboración ha sido “una aventura maravillosa” y recordó que la muestra ya estuvo en Calais en 2015, donde el Gobierno de Francia lo calificó de interés nacional. “Esta exposición muestra sobre toda la modernidad de la obra de Balenciaga, algo que las nuevas generaciones tienen muy en cuenta, así que es un importante legado”, destacó la francesa.