la actualidad más puntera, de los recortes de libertades a los refugiados y la guerra, sobrevuela en el regreso de Ken Zazpi, titulado Phoenicoperus (Elkar), un disco “más experimental” y que ofrece guiños a la electrónica tras “agotarse las influencias del brit-pop”. La idea de la muerte y la resurrección están en la base de un trabajo que se estrenará en la Azoka de Durango antes de iniciarse la gira correspondiente, en enero, en el Teatro Arriaga de Bilbao.

Ken Zazpi está de vuelta dos años después de su disco compartido junto a Euskadiko Orkestra Sinfonikoa. Y no ha resultado fácil, ya que han superado una fuerte crisis. “La preparación de ese disco y las presentaciones en directo nos produjeron un gran desgaste. Hubo muchas dudas sobre qué hacer después”, reconoce el batería Jon Fresko. Y es precisamente ese “renacimiento” tras la crisis vivida, la que vertebra Phoenicoperus.

El título toma la grafía en griego del Ave Fénix, sinónimo de renacimiento. “Supimos de ese águila real de plumas rojizas que acaba haciéndose pesado y perdiendo las plumas, para acabar muriendo al cumplir entre 12 y 15 años. Pero hay algunos ejemplares que vuelven al nido y se arrancan tanto el pico como las plumas contra las rocas, para que vuelvan a crecerles después y así poder vivir unos años más”, explica el vocalista del grupo, Eñaut Elorrieta.

Esa, la idea de la muerte y la resurrección, planea sobre un disco en el que Ken Zazpi se ha desprendido de “los viejos plumajes”. Según Eñaut, es un concepto muy válido para la creación, ya que el grupo defiende la necesidad de “evolucionar y reconvertirse”, huyendo de “las viejas inercias y los espacios cómodos”. En el plano individual, el disco también ha servido a cada uno de sus miembros para “reubicarse tras un tiempo sin tocar” y para que la banda vizcaina haya vuelto “fortalecida e ilusionada” tras la crisis vivida.

Musicalmente, Phoenicoperus es un paso adelante de Ken Zazpi, propiciado por la ayuda musical de Enaut Gaztañaga y Rubén Caballero, “vitales en este viraje estético”, y por la producción de Ricky Falkner, cantante, músico y colaborador de grupos indies y también recientemente de Berri Txarrak. “Ha sido una especie de guía que nos ha dado confianza y caña. Su labor como catalizador ha permitido que las canciones se hayan expandido en el estudio. Esa es una gran novedad porque solemos llevar bien definido todo con muchos ensayos, pero esta vez ha habido cambios y libertad en el estudio. Ricky nos tiró al precipicio y tomamos decisiones que nos daban vértigo”, explica Eñaut. “Tuvimos que desaprender, evitar las autolimitaciones”, apostilla.

Libre, experimental y fresco. Así define el grupo la música de Phoenicoperus. “Tiene un toque más experimental y fresco que nos hace sonar diferentes. El sonido de Ricky es más orgánico y sucio”, justifica Eñaut. La mayor sorpresa es la introducción de secuencias y guiños electrónicos. “Se ha dado vidilla a las canciones con sintetizadores de los años 80”, explica Fresko. Ahora, la épica se busca “por otras vías, mediante fraseos repetitivos y menos efectos en la voz” porque el grupo buscaba dejar atrás “las influencias del brit-pop, que estaban agotadas”.

Más social y político Phoenicoperus desprende, en sus letras, un fuerte “componente social y político” que tiene su razón de ser en “los cambios profundos y nuevas oportunidades” que vive la sociedad en 2015, que Ken Zazpi liga con los propios del grupo. Se advierte principalmente en temas como Gerra, Oihu-Loreak (trata sobre los refugiados) y Debeku berrien zerrenda, que habla sobre el recorte de libertades. “El aire nuevo lo dan escritores que colaboran por vez primera, como Harkaitz Cano, Lander Garro, Unai Elorriaga... Repiten Sarrionandia y Amets Arzalluz”, según Eñaut.

Ken Zazpi, que como Oteiza defiende que “hay que creerse lo que haces”, presentará su nuevo trabajo, Phoenicoperus, en la Azoka de Durango, antes de comenzar su gira en enero, que tendrá salida en el Teatro Arriaga de Bilbao, los días 8 y 9.

Posteriormente, el grupo actuará en el teatro Victoria Eugenia de Donostia, el 15 y 16 del mismo mes, y en el Zentral Kafe Antzokia de Iruñea, el día 30. “Rubén Caballero estará en esta gira, para hacer visible el viraje estético del disco”, concluye Eñaut.