bilbao - Gesticula y se emociona cuando habla de su trabajo, en este caso del personaje que interpreta en Medea, una de las tragedias griegas más potentes. Ana Belén es una mujer apasionada de su profesión que confiesa haber tenido suerte en el amor, no como la protagonista de Eurípides, que se siente traicionada: “Me he enamorado y he sido correspondida... Que yo sepa no he sido traicionada”.
¿Era Medea uno de esos personajes que siempre había querido interpretar?
-No, nada de lo que he hecho entraba en mis planes. Siempre que me habéis preguntado sobre el papel que me gustaría interpretar, la respuesta ha sido la misma: todos y ninguno.
‘Fedra’, ‘Electra’ y ‘Medea’, no se puede pedir más, ¿no?
-Nunca pido más. El director del Festival de Mérida después de hacer Fedra y Electra, me planteó completar las tres tragedias con Medea.
Esta obra se estrenó en el 431 antes de Cristo, ¿qué vigencia puede tener en 2015?
-Medea, como casi todos los clásicos del teatro grecorromano, nos habla de las grandes pasiones. Son las grandes pasiones las que mueven a los seres humanos y desgraciadamente, en este momento, con lo que estamos viendo, claro que es vigente. Pero las razones de Medea son mucho más altas y elevadas que las razones de los casos que en este momento se está juzgando por ese tipo de crímenes.
¿Por qué son más elevadas las razones de Medea cuando mata por odio y venganza a sus hijos?
-Es un personaje muy feminista. Es una mujer que abandona toda su vida; una vida de virgen, asceta y entregada a los dioses cuando en su vida aparece Jason.
Pero lo deja todo por un hombre, ¿se la puede considerar feminista?
-Sí, ella crea a ese hombre, era normal, pero ella crea el mito de Jason, del fuerte, del titán. Es cuando despierta en ella la mujer, no la virgen que era. Rompe con todo: su familia, traiciona a su padre, mata a su hermano y sigue a Jason a través del mar? Medea se convierte en otra persona, cambia por un ideal, por esa figura masculina que ella ha creado.
Un hombre que la traiciona y hace que su mundo se tambalee.
-Jason la abandona por una jovencita y ella se siente traicionada?
Algo que no es ajeno a la actualidad.
-Sí, también ahora es muy normal que ocurra. Ella castiga a Jason con la muerte de sus hijos, pero Medea se está castigando a ella misma. Está amputando esa parte femenina que es la maternidad.
Amor y odio en paralelo. ¿Cree que es posible en la vida real?
-Por supuesto. Es posible amar con esa intensidad y, posiblemente, odiar en la misma medida también. La gente ama y odia ahora con mucha intensidad pero sin llegar a matar, no hay que llegar a ese último acto.
Bueno, estamos hablando de una tragedia griega.
-Es verdad. Yo he conocido historias de amores absolutamente locos y ciegos; he visto hacer unas cosas que decir que rayan lo ridículo es poco, todo por el hecho de amar de una manera ciega. Tú lo ves desde fuera, no lo puedes creer y piensas: ¿Cómo no se dará cuenta?.
¿Se ha visto en esa situación?
-Ja, ja, ja? ¿Ciega de amor? No. Cuando me he enamorado he sido correspondida, no he tenido que hacer locuras por amor?
?Y no ha sido traicionada, ¿no?
-No que yo sepa? (risas). No me he visto en una situación como la de Medea, he sido correspondida.
¿Pasional?
-Sí, si no fuera pasional, no me dedicaría a esta profesión; la pasión es su componente esencial.
¿Cómo combina giras de teatro y giras de música con ‘Canciones regaladas’?
-Cuando los demás descansan porque han terminado una gira y se toman quince días de descanso hasta el siguiente proyecto, resulta que yo canto y no hay descanso.
¿Cómo lo resiste?
-Durmiendo mucho, necesito dormir.
Ha mantenido su intimidad a raya, de pequeños sus hijos eran unos desconocidos, ¿cómo ha logrado mantener esa privacidad?
-Diciendo que no. Ahora se entiende más, pero cuando nosotros decíamos que no, era algo que no se entendía. Los mismos que te pedían unas declaraciones o hacer unas fotos, te insultaban. Te dabas la vuelta y te decían: hijo de puta, cabrón.
Sus hijos se dedican a la música y a la interpretación?
-Lo llevan los dos bien, eso sí, con las incertidumbres que tiene esta profesión. Marina ya lo sabe, estás trabajando hoy, mañana se acaba la función y tú te quedas a ver qué pasa.
¿No les aconsejaron que se dedicaran a otra cosa?
-Ellos han elegido lo que querían hacer y me siento bien pensando que son felices con lo que quieren hacer. ¡Quiénes mejor que ellos para saber de las inseguridades de esta profesión!
Durante años fue considerada un mito erótico. ¿Lo considera un halago?
-Sí, no me molesta. Nada que tenga que ver con la realidad, ya me ve. Veníamos de una época en la que acabábamos de pasar una represión, un momento tremendo. Empezamos a hacer un cine donde se contaban las cosas de una forma más natural y normal. Entiendo que los chicos más jovencitos dijeran esas cosas, pero yo lo viví de una forma bastante normal.