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De pintxos por la Parte Vieja de Donostia

presentamos una ruta con una oferta variada que incluye entrantes, pescado, carne y un delicioso postre de queso

De pintxos por la Parte Vieja de Donostia

dONOSTIA siempre es un buen plan como destino para una escapada de fin de semana debido a su amplia oferta turística, hotelera y culinaria. Y más en un largo fin de semana como este. Con los rescoldos de San Sebastian Gastronomika-Euskadi Basque Country aún calientes, cualquiera de los planes diseñados son compatibles con comer de pintxos en la Parte Vieja. Aquí les damos una ruta con una oferta con entrantes, pescado, carne y postre.

Tras la estela dejada por los mejores chefs vascos, estatales e internacionales esta semana, el viajero podrá degustar en Donostia una buena ruta de pintxos en la Parte Vieja, en establecimientos situados a escasos metros unos de otros. Comida de calidad y en miniatura, sí, aunque económicamente tampoco saldrá barato si se opta por varias unidades, a las que habrá que sumar las correspondientes consumiciones de acompañamiento.

La ruta de bares, que alternan lo tradicional con lo contemporáneo, debería abrirse picando algún entrante. El Goiz-Argi tiene unas dimensiones reducidas pero la visita es obligada. Probar su famosa brocheta de gambas lo confirma, al igual que el punto de los calamares y gambas rebozadas de Paco Bueno, sencillo y tradicional. Tampoco desmerece el hojaldre de txistorra del Ganbara, clásico donostiarra.

Basta con dar unos pasos para ampliar la ingesta con pintxos de carne o pescado. Hay varias alternativas pero destacan el Zeruko, con sus pintxos muy elaborados y con el denominado La Hoguera al frente, de bacalao ahumado; y el tradicional bar Gandarias, en el que resulta obligado probar su pintxo de solomillo.

Si el estómago sigue peleón, el destino puede ser Borda Berri, donde destacan el pintxo de carrillera de ternera y su buena mano con el arroz, o el bar Néstor, especialista en tapas con chuletas. En estos últimos establecimientos resulta aconsejable no ir tarde para evitar quedarse con las ganas. Y como la ruta no puede abandonarse sin un buen postre, proponemos finalizar en La Viña. Te chuparás los dedos con su tarta de queso. El postre cultural puede ser la visita a las instalaciones de Tabakalera, abiertas al público recientemente.