ya lo cantaba Springsteen en No surrender. El plantar cara y no rendirse ante las adversidades es también la columna vertebral de Buena gente, la obra que acoge el teatro Arriaga hasta el domingo, con un interesante plantel de actores liderado por Verónica Forqué (Madrid, 1955), que en esta historia dura en clave de comedia da vida a Margarita, una mujer madura sin suerte que se queda en paro y busca una segunda oportunidad.
Buena gente, del ganador del premio Pulitzer David Lindsay-Abaire, es en una de las obras más aclamadas por crítica y público en Broadway. Ofrece humor, emoción y sensibilidad a partes iguales en su buceo en los desafíos, las lealtades y los deseos a los que se enfrenta una mujer normal y sin más pretensiones que seguir adelante -ella y su familia- luchando para lograr una segunda oportunidad.
Y es que Margarita, su protagonista, tiene casi sesenta años, es madre soltera de una mujer discapacitada de cuarenta y se acaba de quedar en paro. Sale adelante juntándose con sus amigas en el bingo, pero su situación actual puede acabar incluso con este simple, único y necesario respiro. Verónica Forqué, actriz de cuna con cuatro Goyas y colaboraciones con Almodóvar, Berlanga, Colomo o Trueba, da vida a esta mujer que se encuentra, décadas después, con su amor de adolescencia, Raúl, convertido ahora en un médico de gran prestigio que vive en una mansión de lujo y conduce un deportivo.
Quizá, por primera vez en mucho tiempo, Margarita ha tenido un golpe de suerte. O no. Hasta ahí se puede leer. Juan Fernández da vida a su posible tabla de salvación y Pilar Castro, Susi Sánchez y Diego Paris completan el reparto. “Interpreto un personaje muy bonito con una vida muy dura, aunque no se rinde ni tira la toalla”, según Forqué.