bilbao - La canción protesta de los años 60 y 70 no se dio solo en los Estados Unidos (Nina Simone, Joan Baez...), en Latinoamérica (Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Victor Jara...) o en Francia (Collete Magny), porque la mecha prendió también en otros territorios, incluido el nuestro. En Euskal Herria, Maite Idirin (Ugao, 1943) fue una de las representantes más aplaudidas de esta corriente artística contestataria, y se involucró tanto que lo pagó con el exilio: en 1969 tuvo que huir a Donibane Lohizune, escondida en un barco pesquero de Bermeo.
Pero aquellos años de festivales furtivos y de conciertos inciertos dieron su fruto: decenas de canciones que aún permanecen ancladas en la memoria de muchos vascos y muchas vascas. Ahora, la firma de Orio AusArt Records rescata en un doble CD 25 de aquellos temas, muchos de los cuales apenas se distribuyeron en Hegoalde.
Se trata de dos discos compactos que vienen a recopilar las canciones publicadas en vinilo entre los años 1968 y 1975. “Tuvieron escasísima difusión por la censura política que reinaba en Hegoalde”, recuerda la propia Maite Idirin, “por el hecho de que todos esos vinilos salvo el primero fueron publicados en Iparralde”. Pero fueron miles los que escucharon estos temas en directo. Incluso la cadena francesa FR3 llegó a grabar como producción propia una tercera parte de aquellas canciones para ser difundidas en distintos programas.
“Son canciones que tenía olvidadas”, señala la artista vasca, “pero que de alguna manera el productor de Orio Juan Rekarte, que también graba mis actuaciones clásicas, ha querido rescatar de los viejos vinilos”. “Es un regalo que no me esperaba -apunta entre sorprendida y halagada- pero soy consciente de que estas canciones aún perduran en la memoria de la gente, porque me lo dicen en la calle. Sé de personas que lloran cada vez que las escuchan, y eso me emociona mucho”.
pequeñas joyas El primer disco compacto reúne canciones de cuatro pequeños discos, entre las que destacan temas del argentino Atahualpa Yupanqui traducidos al euskera, poemas de Paulo Iztueta o Jokin Apalategi, otros poemas de Etxepare que ya había musicalizado Juan Mari Arrizabalaga, y canciones duras de Maite Idirin, que las compuso coincidiendo con el Proceso de Burgos. “Yo interiorizaba cada canción -rememora la artista-, para mí era fácil porque había vivido muchas de las cosas que cantaba, pero me causaron asombro los textos de Etxepare; incluso tiene uno en el que habla en favor de la mujer, cosa inusual en aquella época. Me sorprendió”.
En el segundo, se repiten algunas canciones del primero, pero hay otras, también de bella factura, compuestas por la ugaotarra: “Fue mi época contestataria. Escucho estas canciones y recuerdo los años intensos y convulsos en los que tuve que huir a Iparralde por ayudar a escapar a un amigo. El exilio, sobre todo durante los primeros años, fue muy duro”, recuerda Idirin. Pero en París se asomó también a otra realidad: “No era la única que promovía la canción protesta. Allí había un ambiente contestatario fuerte. En Francia me encontré con cantantes de los pueblos de Occitania como Claude Marti, Marie Roanet, Martina y Rosina de Peira, los bretones Glenmor o Gilles Servat, los corsos Canta Populo Corso, incluso con el catalán Lluis Llach”.
De todos modos, las canciones de Idirin tienen más influencia latinoamericana que anglosajona. Jokin Apalategi, escritor y marido de Maite, subraya el aspecto testimonial de estas 25 piezas: “Si nos fijamos en las letras de sus canciones, podemos concluir que representan una crónica de actuaciones salvajes del poder establecido y que anticipan en parte los acontecimientos cruentos que sucederán a finales de los años 70 y durante las siguientes tres décadas en Euskal Herria”.
La soprano vizcaina cree que los tiempos han cambiado, también en la canción vasca: “El ambiente no es el mismo, claro, pero ahora veo muy poca canción protesta en Euskal Herria”.
Maite Idirin descansa lo justo y sigue con sus recitales clásicos y puede que para 2016 depare otra sorpresa a sus seguidores: una grabación hecha en Sara, acompañada por Alejandro Zabala.