Bilbao - Cuando Una casa de muñecas se estrenó en la ciudad de Copenhague, allá por 1879, ya causó una gran controversia. Ahora, la obra del dramaturgo noruego Henrik Ibsen vuelve hoy y hasta el domingo a los escenarios. Lo hace de la mano del Teatro Arriaga, con el objetivo de abordar de nuevo los conflictos en las relaciones entre hombres y mujeres, y lo hará en el especial marco de los Cuartitos del Arriaga.

La pieza, de pequeño formato y de producción propia, está dirigida por Pako Revueltas y adaptada por Ángel Mirou con la meta de buscar la máxima proximidad y complicidad con los espectadores. El texto cuenta con un elenco de actores encabezado por los vizcainos Enriqueta Vega y Ramón Ibarra, quienes dan vida al matrimonio protagonista del drama. El reparto se completa con actores que cuentan con una larga trayectoria, como Josu Cámara, y los jóvenes Eneritz Artetxe y Na Gómez. Se trata de una versión especial que difiere del texto original en algunos elementos, aunque mantiene el espíritu que la ensalzó como una obra maestra en favor de la igualdad de sexos.

“Alguien que no haya leído la obra puede entender de qué va Una casa de muñecas”, explicó durante la presentación Pako Revueltas, quien añadió que el equipo ha intentado enfocar la obra “sin unos personajes muy separados de nosotros mismos”. Por ello, el director aseguró que para la pieza se ha despojado a la interpretación de los actores de todo artificio, para que así fluya cada momento. El resultado es una pieza en la que se logra transmitir el conflicto entre sexos, pero trasladado a una situación de lucha entre un actor y una actriz, o un director y una actriz, y siempre manteniendo “el espíritu” de la obra original escrita por Henrik Ibsen. “Todo está muy dirigido y cada actor hace un papel que no tiene que ver con su forma de ser o de pensar”, agregó Revueltas, quien además afirmó muy satisfecho que todo el equipo ha “llevado la obra a su terreno”. Los actores del texto se mostraron igualmente contentos con el resultado obtenido. “Personalmente, a mí me falta un cuarto acto para esta obra en el que se pudiesen intercambiar opiniones sobre este tema, sobre las relaciones de poder entre el hombre y la mujer”, explicó por su parte Josu Cámara. Enriqueta Vega, quien da vida a la protagonista, comentó durante la presentación que la obra es un clásico “que no pasa de moda”. “Nos va a remover un poco a todos porque habla de nuestro papel como hombres y mujeres”, recalcó la interprete, quien agregó que “estas podrían parecer situaciones un poco lejanas, pero están más cerca de lo que pensamos”. La también actriz Eneritz Artetxe se sumó a las declaraciones de su compañera añadiendo que la pieza muestra “qué rol juega cada uno y analiza si estas situaciones están o no superadas”.

Clásico La obra original del noruego se estrenó a finales del siglo XIX y generó gran polémica por el tratamiento que realizaba sobre las relaciones entre hombres y mujeres. La pieza de Ibsen narra cómo en un matrimonio aparentemente feliz, Nora, la esposa, termina por comprender que su papel es de dependencia y que la relación funciona cuando ella mantiene su actitud infantiloide que complace a su marido. Finalmente, decide que quiere ser una persona libre y abandona a su marido. Con este argumento, la obra que ahora revisa el Arriaga de la mano de Pako Revueltas, es considerada por muchos críticos como la primera verdadera obra teatral feminista.