El vinilo sigue siendo el rey entre los melómanos. Su alta calidad de sonido y el sentimiento de pertenencia que genera entre aquellos que guardan como un tesoro sus ejemplares, ha permitido que este formato esté más en boga que nunca en una época dominada por las plataformas digitales.
La Feria Internacional del Disco, que se celebra durante este fin de semana en Bilbao, es una clara muestra de ello. Media hora antes de que abriera sus puertas a las 11.00 de la mañana, decenas de personas ya esperaban frente a La Terminal, en Zorrotzaurre.
Este local alberga la edición más grande de esta feria que se haya celebrado nunca en la capital vizcaina, con cuarenta y cuatro stands y cerca de una veintena de expositores provenientes de todas las partes del mundo.
"Este año tenemos una muy buena selección de vendedores con una gran variedad de estilos. Han venido desde países como Francia, Alemania, Italia, Venezuela...", enumera Pedro, uno de los coordinadores del evento. Tal y como relata, esta feria se ha celebrado en otros lugares de Bilbao, como Bilborock o el desaparecido Frontón de la Esperanza, aunque nunca ha adquirido esta dimensión.
"Hay todo tipo de compradores. Vienen muchos jóvenes que están empezando sus colecciones, aunque los precios también son un gran reclamo", afirma el organizador. Precisamente una de las asistentes más jóvenes del espacio ha sido Uxue, que ha venido acompañada por su madre. "Vengo a buscar sobre todo discos de Scorpions, aunque también de rock estatal. En muy pocos sitios hay la variedad que se puede encontrar aquí", apunta.
Y es que una de las grandes ventajas de este evento es la posibilidad de encontrar ejemplares que no se pueden comprar en las grandes plataformas. Por ello, muchos de los compradores vienen desde diferentes partes del Estado.
Es el caso de Ramón, que ha viajado desde Barcelona expresamente para encontrar vinilos de rock progresivo. "Es un género que suelo encontrar en este tipo de ferias. Aunque también vengo por el precio, un vinilo nuevo no baja de 25 euros mientras que de segunda mano se pueden encontrar por la mitad y en un muy buen estado", señala.
La multiculturalidad es una de las señas de identidad de esta feria, por lo que no es extraño encontrar a vendedores como Filippo Stoppele, un veterano en este oficio que viene desde Verona.
Tanto es sí que solamente hay un vasco entre ellos. Roberto Ortiz es de Barakaldo y asegura que ha acudido a todas las citas que se han celebrado en la capital vizcaina. "Creo que la ventaja de comprar aquí es que puedes tocar e incluso probar los discos en tu casa, y si no te gusta devolverlos al día siguiente", indica.
Entre los vinilos a la venta, llama la atención los precios que algunos de ellos tienen. En el stand de Roberto Fernández, que ha venido desde Espinosa de los Monteros, una pieza de Eduardo Bort cuesta 350 euros. "Es muy difícil de encontrar y está inmaculado. Sin embargo, lo que más vendo es rock nacional. La gente tira a lo conocido, artistas como Extremoduro o Barricada, aunque aquí se vende música de todos los estilos: heavy, punk, indie... ", afirma el vendedor.
Juan Carlos Caprés ha salido eufórico del evento con una reliquia debajo del brazo. Se trata de 'Electric Ladyland', uno de los vinilos más codiciados de Jimi Hendrix. "Llevaba años buscando este disco. Me ha costado 155 euros y me ha parecido muy barato, esta edición puede llegar a tener un precio de 1.000 euros", confiesa este alicantino que ha aprovechado que está de vacaciones en Bilbao para acercarse a la feria.