Donostia - En cinco lustros han cambiado la sociedad y la manera de consumir películas, pero la Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donostia pervive “mejor”, dice Beltrán, gracias a un formato mediano y cercano que favorece la interacción entre el público y el disfrute del cine en pantalla grande.

¿Cuáles son los principales reclamos y sorpresas del aniversario?

-Axel Casas, Ronquete y el restaurante A Fuego Negro han preparado una producción especial para el jueves 30, nuestro Culinary Cinema particular... Es casi un mediometraje, titulado Monster Chef, que fusiona gore, gastronomía y humor e incluirá la interacción directa con el público.

¿Qué proyecciones harán un guiño a los 25 años de Semana?

-La retrospectiva clásica 24 años después incluye largometrajes míticos como Posesión infernal, La casa de los mil cadáveres, Henry, retrato de un asesino u Ocurrió cerca de su casa, pero también organizaremos un maratón de cortos históricos que han significado algo en estos años.

¿Cómo será la selección de largometrajes? ¿Habrá equilibrio entre calidad, caspa, gore y humor?

-Así como la Sección Oficial del Festival de Sitges ha sido más artie o hipster, nuestra programación siempre intenta buscar un equilibrio mayor y apuesta por el guiño al público más golfo. Pero las tendencias del fantástico son las que son. Inauguraremos con Musarañas, con referencias al terror más gótico, de interiores y al Grand-Guignol, mientras que la clausura correrá a cargo de The Guest, un thriller de psicópatas más estilizado y quizá más comercial.

¿Y cómo imagina la Semana dentro de otros 25 años?

-No lo sé, pero nuestro formato nos permite sobrevivir mejor que si fuéramos más grandes. En el futuro será más fácil mantener la experiencia de ver cine en comunidad dentro de teatros y ambientes reducidos. Dentro de la Semana se viven situaciones que favorecen una mayor empatía y comunicación: no poder entrar porque se han agotado las entradas, que todo el mundo se conozca en el patio de butacas... El cine como acto social sobrevivirá en estos nichos que mantienen viva la participación y ese ambiente colectivo que también se da en los conciertos.