REGLA número uno, hazte con una arma. Nunca esperes a que el despiadado asesino en serie ataque primero -muestra iniciativa- y, si caes al suelo, ¡muévete! Quedarse quieto puede ser letal.

Son algunos de los consejos que ofrece Una mierda de slasher, cortometraje dirigido por Miriam Ortega y uno de los once filmes de la sección FANT En Corto Vasco. El Festival de Cine Fantástico de Bilbao inaugurará esta tarde su vigésima edición en el Teatro Campos, con la proyección de esos cortos, precedidos por el largometraje La Cueva, de Alfredo Montero.

"Lo que valoro en una película de terror es que, además de removerte por dentro, dé qué pensar", comenta Miriam Ortega, quien se declara seguidora del subgénero de terror slasher, el cual homenajea/parodia en su corto. Protagonistas jóvenes "e hiperhormonados" y un asesino psicópata ataviado de máscara y cuchillo son los ingredientes principales del slasher, con la saga Scream como uno de sus referentes. "Te hace pasar miedo y a la vez te ríes", subraya Ortega.

Esa es una de las máximas con las que comulga la mayoría de los cineastas encuestados para este decálogo: "No hay que olvidar que es entretenimiento, encontrar el equilibrio es difícil, pero hay que lograr que el espectador disfrute sufriendo", apunta Alfredo Montero. De la misma opinión es Javier Arriaga, director del corto Jako de Troya: "Ahí reside la magia del cine: provoca emociones fuertes sin consecuencias reales".

En la ardua empresa de conseguir que el espectador se remueva de pavor en su butaca, Borja Crespo considera indispensables "una atmósfera de tensión in crescendo y un villano implacable, "que sólo con su mirada den ganas de echar a correr". El director bilbaino estrena en FANT su primer largometraje "experimental" Neuroworld, un "thriller emocional" que ahonda en "el horror cotidiano". En su opinión, las relaciones amorosas o cualquier telediario pueden dar pie a las películas más terroríficas.

realidad La presente edición de FANT reúne varios ejemplos, desde el peculiar cortometraje Nosotros que nos queremos tanto, de Iñaki Reyna; hasta 016, basado en unos hechos tristemente reales y de actualidad como el maltrato a la mujer -"pocas cosas dan más miedo que la vida real", observa Alicia Marina Rosa, directora de la cinta-. "Siempre se ha asociado el género fantástico al terror, pero poco a poco se está abriendo a otras temáticas que nada tienen que ver con sangre y asesinatos", señala Iván Miñambres, director de Decisiones, que protagonizan actores consagrados como Ramón Barea y Gorka Otxoa. "Los géneros cada vez son más híbridos", coincide Ernesto del Río, director de Zinebi.

Te puede pasar a ti, otra de las normas a tener en cuenta para involucrar al público. "Uno de los elementos más característicos de La Cueva es su gran realismo -destaca su director Alfredo Montero-, no hay decorados, la cueva es real, el sufrimiento de los actores durante el rodaje, también. Es una experiencia narrada en primera persona, el espectador tiene el mismo punto de vista que el protagonista y eso ayuda a que se identifique con él".

Se recomienda asimismo añadir a la receta diálogos realistas y personajes creíbles, alejados de la imagen de adolescentes despampanantes que acostumbra a mostrar el cine norteamericano, ironiza el artífice de este "thriller de supervivencia extrema": cinco amigos disfrutan de unas idílicas vacaciones en Formentera hasta que encuentran una cueva. Deciden adentrarse en ella y se pierden. Carecen de recursos y cada uno tratará de sobrevivir "a cualquier precio". Montero defiende que pese a la atmósfera asfixiante de la película, "no es desagradable ni agobia en exceso". Desvela uno de los trucos para alcanzar ese equilibrio: los recursos humorísticos. "Sean golpes de humor sano o negro, sirven para aliviar la tensión y descargar adrenalina", afirma.Del uso de tópicos Borja Crespo rehúye de los sustos "de vídeo de internet". Es decir, esos momentos en que alguien/algo aparece de forma abrupta en la pantalla ayudado de un golpe sonoro estridente. "Claro que te asusta, pero lo relaciono más con un espectáculo de feria que con el cine de terror. Es como el tren de la bruja, solo falta que aparezca esta por detrás, con la escobilla", bromea. Alfredo Montero también intenta eludir los sustos "gratuitos", si bien reconoce que a veces los utiliza para "dar ritmo a la narración". De hecho, se muestra partidario de incluir los tópicos del género, "siempre que funcionen". Miriam Ortega está convencida de ello: "Los incluiría siempre".

Al fin y al cabo, el terror es una semilla que crece a medida que avanza la historia o, en palabras de Montero, "si lo que le ocurre a los personajes da miedo, la película provocará ese sentimiento en el público". De momento, la crítica de cine y bloguera Andrea G. Bermejo -que forma el jurado junto con el actor Carlos Areces y el cineasta Matthew Robbins-, asegura estar pasando "mucho miedo" con las películas del festival. "A mí me funcionan todos los tópicos, hasta la puerta que se abre lentamente", admite entre risas. El susto está servido.