La segunda obra de Ángel Ugarteburu, titulada Hegan eta jare, ha sido presentada esta mañana en la sede de Euskaltzaindia, en Bilbao. Lejos de tratarse de una simple biografía, el libro se revela como un testimonio coral y generacional que recorre la transformación social, política y cultural de la Euskadi del siglo XX. El acto de presentación ha contado con la participación del propio autor, así como de Andrés Urrutia, presidente de Euskaltzaindia, e Igone Etxebarria, de Labayru Fundazioa, entidad que publica el libro dentro de su colección Milloitik mundura. “Más que una biografía, Ángel ha escrito un libro con el que también se puede entender la historia de Euskal Herria”, ha subrayado Etxebarria.

Hegan eta jare reconstruye la vida de Ugarteburu desde su infancia en el caserío familiar de Berriatua hasta su paso por el seminario de Derio, relatando en primera persona una época marcada por los silencios y las resistencias, la vida rural, la educación religiosa, el despertar cultural y la represión franquista. “El libro empieza en la infancia, desde el caserío de Berriatua hasta el seminario de Derio, un viaje físico con tres o cuatro transbordos… pero también un cambio psicológico enorme: salir del mundo rural para entrar en otro completamente distinto”, ha recordado Urrutia.

Con un estilo claro, sencillo y directo, la obra alterna capítulos breves que facilitan una lectura ágil y amena. Pero lo que hace único a Hegan eta jare es su capacidad de tejer memoria personal con memoria colectiva. A través de anécdotas, reflexiones y relatos llenos de humanidad, Ugarteburu ofrece una mirada íntima que, sin embargo, interpela a toda una generación. “No es sólo mi vida. Es también la de muchos. Es el testimonio de una época. Quien haya vivido aquellos años se ve reflejado en estas páginas”, ha afirmado Ugarteburu, quien comenzó a escribir tras su jubilación en 2007. “Fue entonces cuando empecé a revisar mis papeles viejos. Lo que al principio parecía personal, poco a poco se convirtió en una memoria compartida”, ha relatado. 

El libro no elude los momentos duros: la escasez, el exilio, la censura, los conflictos ideológicos y familiares. Pero los aborda siempre con honestidad y con una clara vocación de transmitir, enseñar y preservar. En sus páginas también aparecen figuras reconocidas del mundo vasco, con quienes Ugarteburu compartió camino, desde la educación hasta la militancia cultural.