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The Amazing Spiderman, un regreso con luces y sombras

The Amazing Spiderman, un regreso con luces y sombras

LA ciudad de Nueva York, con toda su potencia lumínica, es el gran espacio cinematográfico donde Spider-Man intenta sobreponerse a sus decisiones. De hecho, uno de los momentos más simbólicos nos ofrece una Gran Manzana sin luz, sin electricidad y sin espectáculo visual. No se podría decir lo mismo sobre el oscurantismo o el caos que suele acechar el mundo del cómic. Sin embargo, en The Amazing Spider-Man 2:El poder de Electro la oscuridad es pasajera. Una transición hacia la normalidad y el orden. En ese sentido, la película no responde a una mayor ambición para resaltar el oscurantismo y los peligros.

Asimismo, nada se le puede reprochar a la plasticidad de los movimientos cotidianos del hombre araña que genera electrizantes formas en el espacio. O a la declaración de amor que se aprovecha de la metálica arquitectura de la ciudad más retratada del mundo. Es posible que la ciudad sea muchos más que el marco memorable para una figura ya emblemática que intenta rejuvenecerse, agradar al público y narrar el paso del joven Peter Parker (Spider-Man) a la edad adulta. La figura del hombre araña es una mera forma que se expande en una urbe con la que se complementa perfectamente. Probablemente, ese sea uno de los grandes aciertos del cómic llevado al cine. Algo que ya esperábamos. Otra cosa es que el relato contenga las suficientes sorpresas o hallazgos para que Peter Paker sea un personaje por sí solo fascinante. Spider-Man lo es. Le sienta mucho mejor ser personaje que el ser humano que intenta doblegarse ante sus sueños y responsabilidades.

Electro, su máximo oponente, encaja gracias a su aire de antihéroe marginado y desdibujado que se hace invencible y peligroso. Desde el punto de vista de traslación del cómic a la gran pantalla es un acierto el personaje protagonizado por Jamie Foxx. No ocurre lo mismo con el resto de aspirantes o oponentes. O con el amigo desesperado que recurre a Spider-Man.

Además, siguiendo la moda de las películas que sacuden los cimientos morales de las grandes corporaciones, el filme intenta retratar las maldades de una de ellas: Oscorp, sin otro beneficio que ayudar y salvar al gran líder. Una corporación más de cómic que para la gran pantalla.

La película intenta ahondar en el pasado de Peter Paker y en su relación familiar (incluyendo a su estupenda tía Sally Field) sin mucho éxito. Uno de los aspectos más débiles del relato, junto a la escritura de la investigación o el thriller, minimizado a simples usb-s y clicks en un navegador.

El núcleo central es la relación amorosa entre Peter Parker (Spider-Man) y Gwen, más allá de los oponentes, aunque el público en general se deje engatusar por los efectos especiales y las escenas de acción más que por la historia de amor.

Tras el éxito descomunal de The Amazing Spider-Man (2012) que recaudó más 750 millones de dólares en todo el mundo, este nuevo episodio es un producto entretenido. Con sus luces y sombras.