TOLOSA. Con estola morada y una biblia entre las manos, un sacerdote encabeza la comitiva fúnebre. Los dos féretros, uno con la foto de Lasa y otro con la de Zabala, se abren paso entre sepulturas, cruces y lápidas. Tras ellos, medio centenar de personas caminan cabizbajas, en silencio. Solo el colorido de las ikurriñas y las coronas de flores parecen desentonar con la negrura del momento...

Gracias a varios figurantes tolosarras, el cementerio de la localidad volvió a ofrecer ayer una imagen similar a la de aquel trágico 21 de junio de 1995, día en que llegaron al camposanto los restos mortales de Joxean Lasa y Joxi Zabala, los dos miembros de ETA secuestrados, torturados y asesinados por los Grupos de Liberación Antiterrorista (GAL). El cineasta Pablo Malo (Donostia, 1965) comenzó hace semana y media el rodaje de su tercer largometraje, que recreará el caso en forma de thriller político escrito por el guionista Joanes Urkixo.

Su protagonista, Unax Ugalde, interpreta a Iñigo Iruin, el conocido abogado de la izquierda abertzale que en su día asistió a las familias de Lasa y Zabala. Durante la preproducción, Malo ha tenido un trato "muy cercano" con todos ellos, que han mostrado sentimientos contradictorios: "satisfacción" por una película que narrará hechos que no deben olvidarse y "dolor" por remover heridas del pasado. "Algunos ya me han dicho que no verán la película", añadió en un descanso del rodaje el cineasta, que también ha contado con la ayuda del forense Paco Etxeberria, que en 1995 identificó los restos de los jóvenes tolosarras.

Malo no tiene miedo a ser estigmatizado pero siente "mucho respeto" por los hechos y sus protagonistas. "No quiero hacer un panfleto. Siempre he pensado que más que un relato político, debe ser una historia muy íntima y humana, que cuente lo que pasó y cómo afectó a las familias", apuntó, sabedor de que "habrá gente que pregunte por qué hemos contado esto y no otras cosas".

"Esto es un capítulo de todo lo que ha ocurrido en este país durante muchísimos años y todo lo demás seguirá llegando. Yo contaría encantado una historia absolutamente distinta, o desde el otro lado incluso, pero en este caso tengo muy claro dónde me posiciono porque fue una barbaridad", aseguró antes de recalcar que la película "se ceñirá" a los hechos probados de un juicio en el que fueron condenados el gobernador civil de Gipuzkoa, Julen Elgorriaga; el general del cuartel de Intxaurrondo, Enrique Rodríguez Galindo, y varios subordinados.

El realizador ha ensayado durante horas con Jon Anza y Cristian Merchan, que interpretarán a Lasa y Zabala, respectivamente. Una importante parte del filme abordará las brutales torturas a las que fueron sometidos, aunque aclaró que no hará "pornografía de la violencia". "Seremos fieles a lo que pasó, pero sin recrearnos. Esta es una historia más seca, incluso los tiroteos serán bastante realistas. No quiero darle espectacularidad porque la película no va de eso", insistió el director, que el martes rodó, también en el cementerio, la carga de la Policía vasca contra los familiares y allegados de los jóvenes asesinados: "Sé que para la Ertzaintza no es plato de buen gusto pero es lo que ocurrió: no lo voy a falsear ni dulcificar".

Entre las referencias del tono que tendrá el filme, citó las películas inglesas e irlandesas sobre el conflicto norirlandés como Agenda oculta, Bloody Sunday o el cine de Jim Sheridan. "Pero lo contaremos desde nuestro punto de vista. Terminado el terrorismo, es sano hablar de esto, abrir las ventanas y que empiece a entrar el aire, que asumamos todo lo que ha ocurrido en este país durante tanto tiempo", dijo.

El director de Frío sol de invierno y La sombra de nadie no quiso concretar la fecha del estreno -"cuando estoy rodando, esas cosas me ponen nerviosísimo"-, aunque el responsable de Abra Producciones, Joxe Portela, mostró su interés por participar en el Zinemaldia. "Si es en la Sección Oficial, mejor, pero eso no depende de nosotros", afirmó. El rodaje concluirá dentro de cinco semanas y en mayo, la película será mostrada al Festival. El 15 de octubre, trigésimo primer aniversario del secuestro de Lasa y Zabala, se realizará un preestreno en Tolosa, y dos días después tendrá lugar el estreno comercial.

PROBLEMAS Portela dijo confiar en que con la película terminada desaparezcan las suspicacias que han hecho que algunas marcas comerciales y entidades bancarias declinen participar en la financiación de la película, cuyo presupuesto es de dos millones de euros. Ninguna televisión estatal ha querido adquirir los derechos de emisión del filme. Por su parte, la subdelegación del Gobierno otorgó al equipo el permiso para rodar en el interior del donostiarra Palacio de la Cumbre, donde Lasa y Zabala fueron torturados. Estos "problemas", que Malo nunca había sufrido antes, demuestran, en su opinión, que "tenemos una democracia poco madura y que lo que sucedió está muy cerca. Aún no hay esa distancia necesaria para entender que debemos tirar para adelante", concluyó el director.