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la revista Rockdelux, la Biblia del indie estatal, eligió Una semana en el motor de un autobús (RCA, Sony), de Los Planetas, como mejor disco de 1998; segundo mejor disco de la década de los 90 tras el único álbum de los vascos Family, y 18º mejor disco estatal del siglo XX. Hoy, cuando se cumplen 15 años de la publicación de esta obra capital del rock en castellano y con sus canciones "plenamente vigentes", según sus autores, se reedita con el añadido de sus maquetas originales. "Fue un disco importantísimo porque afianzó mucho al grupo y lo llevó a otro nivel", según los granadinos.

El 13 de abril de 1998, Los Planetas publicaban su tercer álbum: Una semana en el motor de un autobús. 15 años después, se advierte la importancia capital de tal disco, no solo para lo que entonces se conocía como indie estatal -hoy el término carece de sentido cada día que pasa- como para la música en castellano. Los Planetas, el grupo que dirigían con mano firme el cantante J. y el guitarrista Florent, se habían erigido portavoces del movimiento con un primer EP que desembocó en Super 8 (1994) y, posteriormente, en Pop (1996), que no obtuvieron la repercusión comercial que merecían a pesar de que los granadinos fueron unos de los primeros -y no pocas críticas les llovieron- que optaron por publicar con el apoyo de una multinacional.

Con su tercer CD lograron cantar bingo. Una semana en el motor de un autobús, que ahora se reedita en varios formatos, incluido doble vinilo y doble CD con maquetas, se grabó en Nueva York tras un año de preparación y fue producido por Kurt Ralske (Ultra Vivid Scene). "Se grabó con su equipo: compresores antiguos, instrumentos muy chulos, una mesa vintage? Fue muy ameno, grabábamos en directo, todos juntos, en plenas navidades, con frío y nieve pero con mucha gente en la calle, así que aprovechamos para conocer la ciudad", explicó Florent a Rolling Stone.

Mirando por el retrovisor, se puede analizar qué habría pasado si Los Planetas, reforzados desde entonces por Erik Jiménez (batería de Lagartija Nick), el bajista Kieran Stephen y el guitarrista y teclista Banin Fraile, hubieran decidido bajarse del autobús durante la grabación del álbum, ya que pensaron "tirarlo por la cuesta y arrancarlo de nuevo", indicó Florent a Efe. Al final, decidieron tirar para adelante y lograron grabar uno de los mejores discos de rock en castellano de todos los tiempos y "confirmar las expectativas" del quinteto, "tanto de público como de crítica".

Los mejores Planetas están en Una semana? En el álbum, la sempiterna simbiosis de melodías encantadoras, distorsión eléctrica y ambientes psicodélicos reina y fluye mejor que nunca en una obra conceptual que el grupo no buscó pero que sí ofrece el CD en su recorrido por la conquista amorosa, la ruptura, el resentimiento, los celos, la autoflagelación, el miedo, algún atisbo de rebelión socio-política en la canción Ciencia ficción, y toda una sesión de farmacología química para combatir el mal de amores y el hastío de la vida adolescente.

El disco incluye algunos de los mejores singles de Los Planetas, tan certeros como un derechazo a la mandíbula como Segundo premio, Cumpleaños total o La playa.

Su conjunción de pegada pop, contundencia guitarrera y batería atronadora no se amilana ante éxitos previos como Un buen día o Qué puedo hacer. También destacan algunos de sus pasajes más experimentales y viajeros, especialmente los de Toxicosmos y La Copa del Europa. Todo un trip de psicodelia épica con guitarras y orquesta en un disco que alterna los versos repletos de dolor, hastío y resentimiento -"nada es como esperaba", "a veces pienso lo estúpido que fui", "si esto te hace daño, te puedo hacer sufrir/ ha servido para algo, al menos para mí"?-, y de desfases con las drogas -"caminamos por colinas de cebollas y metal?", "subí a pillar un poco más" o ese viaje al servicio para que "me pongan otra" raya-.

Maquetas A la reedición se suma un CD adicional con las maquetas que el grupo realizó, antes de viajar a Estados Unidos, en el estudio casero de J., que luego pasó a ser El Estudio Antiaéreo y zona de operaciones de los andaluces. Son solo ocho temas nunca antes publicados. Los Planetas suenan en ellas más desnudos, crudos y eléctricos que en disco, con el único pero de la menor pegada de la batería de Erik y una voz todavía más cansina. En este esqueleto destacan el estéreo cutre de La playa y la frescura que gana Un mundo de gente incompleta, además de Algunos amigos, que no pasó el corte y se quedó en cara B de single. El motor sigue en marcha y el grupo prepara su nuevo CD. El noveno ya.