bilbao. El escritor británico Tom Sharpe, padre del antihéroe Wilt, murió ayer a los 85 años en su casa de Llafranc, en Girona, cuando trabajaba en su autobiografía. El estado de Sharpe (Londres, 1928) era delicado y en los últimos días, además de su familia, lo acompañaban médicos y enfermeras ya que sufría una diabetes que acabó complicándose hasta causarle la muerte.

"Sharpe fue uno de los satíricos más geniales y un escritor brillante: agudo, a menudo escandaloso, siempre intensamente divertido sobre las extravagancias de la vida", dijo su editora de Random House, Susan Sandon, en un comunicado. Una opinión en la que también coincidía el diario The Times, para quien Sharpe fue "uno de los escritores más divertidos de nuestros días".

Tenazmente ingenioso y sorprendentemente serio, comenzó a escribir desde muy joven quizás para escapar de una infancia difícil, en la que un padre autoritario, un ministro de la iglesia anglicana, le impartió una dura educación victoriana y no dudó en maltratarle. Sharpe vivió hasta los seis años en Johannesburgo (Sudáfrica), empezando ya en la adolescencia a escribir, inspirado en la figura del progenitor, quien también tuvo veleidades fascistas.

El novelista británico, que aunó la comedia muy disparatada con un gran sentido crítico de la vida y lo convirtió en comedia inteligente y mordaz, cursó estudios en el Lancing College y en el Pembroke College. Con posterioridad, se licenció en Letras por la Universidad de Cambridge. Durante su etapa de estudiante universitario, a los veinte años, empezó a escribir obras de teatro y de las que tan sólo estrenó una. Tras dos años en la Marina Real británica, en 1951 se estableció en Johannesburgo como asistente social, donde recogía a los negros moribundos y los llevaba a los hospitales.

expulsado Durante la década de los cincuenta fue profesor (1952-1956) y fotógrafo (1956-1961). En este último año fue ingresado en la prisión de Maritzburg acusado de político subversivo y comunista peligroso por publicar artículos contra la segregación racial por lo que fue expulsado del país. Entre 1963 y 1971 fue profesor de Historia y Literatura, en el Cambridge College of Arts and Technology. Durante esta etapa escribió algunas novelas y relatos. Residió en Cambridge hasta 1987, año en el que pasó a vivir en Dorset, en el sur de Inglaterra.

A partir de 1969 abandonó su actividad docente al contratarlo un editor, por un sueldo fijo, para que escribiera sobre sus vivencias en Sudáfrica y sobre este tema publicó su primera gran novela, Reunión tumultuosa, (1971). En ella una mujer blanca, de recia estirpe británica, asesina a un cocinero negro. El Gobierno intenta tapar el asesinato atribuyendo el crimen a otra persona de menor alcurnia. La búsqueda de esa persona desencadenará una serie de situaciones burlescas.

Con posterioridad, escribió Zafarrancho en Cambridge, (1974), a la que siguió Blott a la vista, (1975). Pero el éxito no le llegaría hasta la aparición de Wilt (1976), personaje obstinado en matar a su mujer, que utilizó en otras obras. En Wilt ridiculiza a los hombres de fortuna y la mediocridad docente de Oxford y Cambridge.

Le seguirían La gran persecución, (1977), donde trató los escándalos editoriales; El bastardo recalcitrante, (1978), La Alternativa de Wilt, Vicios Ancestrales (1980), Vintage Stuff (1984), La gran pesquisa (1993) y Lo peor de cada casa (1996), donde reflejó la cultura yuppie, el enriquecimiento rápido y ridiculizó ácidamente el régimen de Margaret Thatcher. En la década de los noventa se trasladó a la Costa Brava, a pesar de lo cual no se molestó en aprender a hablar español o catalán. "No quiero aprender la lengua", dijo en una ocasión. "No quiero oír a qué precio está la carne". Sharpe había dicho que no le gustaba que sus personajes respondieran a estímulos mecánicos y cotidianos, algo que también se le podría aplicar al propio escritor, quien en un encuentro con periodistas en Barcelona, en 2009, apenas habló de su novela Los Grope, para centrarse en realzar la sanidad pública catalana, que calificó de "maravillosa".

En 2011 publicó su última obra, La herencia de Wilt, y hace apenas un mes se exhibieron en Barcelona una treintena de fotografías, una faceta que fue anterior a su pasión literaria y en la que ya retrataba la sociedad británica de los años 60 y su buque insignia, el gentleman inglés. Una de sus últimas apariciones públicas fue en 2010, en el festival literario La Risa de Bilbao, donde recibió el Premio BBK por su contribución a la literatura de humor.