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LA música moderna comenzó con ellos". Lo escribió el escritor y periodista rockero Lester Bangs. No es el único que ha elevado a los altares The Velvet Underground & Nico (Universal), el debut discográfico del grupo liderado por Lou Reed, del que cumplen ahora 45 años. David Bowie, Brian Eno, Chrissie Hynde o Jonathan Richman también creen que ese álbum, que incluía clásicos como Heroin y I´ll be your mirror, y ahora se reedita con el añadido de múltiples inéditos, conciertos en directo y hasta ensayos, es uno de los más influyentes de la historia del rock.
Pocos discos han contribuido a cambiar la historia del rock en los años 60 como el debut de la Velvet, el conocido como "el disco del plátano", en alusión a la banana que diseñó para su portada el por entonces rey del pop Andy Warhol, además de mecenas y productor del álbum. Cuando menos, merece estar a la altura de las obras maestras de Beatles, Stones, Beach Boys, Hendrix, The Doors y el Astral weeks de Van Morrison. Su lanzamiento tuvo el efecto de un seísmo y sus réplicas han alimentado a diversas generaciones de músicos en el último medio siglo. Y es que sin ese álbum sería imposible hablar de Sonic Youth, Pixies, Television o Jesus & Mary Chain, por citar varios ejemplos de sus alumnos aventajados. Y sin la Velvet y los Stooges, quizás no habría existido ni el punk.
El álbum, que se grabó en marzo de 1967 pero su edición tuvo lugar casi un año después, es, por derecho, un clásico. Y todo ello a pesar de que no tuvo un gran reconocimiento entre la crítica y mucho menos entre el público, ya que apenas vendió 30.000 copias en el lustro siguiente. Además, nada indicaba que aquel debut no acabara en las alcantarillas de la industria, ya que mostraba a un líder, Lou Reed, todavía lampiño en su escritura descarnada y con escasas "cicatrices" en lo musical.
mito El resto del grupo no le iba a la zaga. Su mano derecha, el galés John Cale, se estrenaba en el mundo del rock tras haber trabajado en el campo de la música avant-garde y experimental, siguiendo los pasos de músicos como John Cage. Y ¿qué decir de las féminas del grupo? La batería, Maureen Tucker, últimamente seguidora del peligroso Tea Party, no había tocado nunca antes de entrar en el seno del grupo y, según cuentan, lo hizo porque tenía un coche -para desplazar al grupo- y un amplificador. Y Nico, también actriz, fue reclutada por el glamour que aportaba, ya que de cantar… lo justo. Como colofón, el inglés no era, ni de lejos, su idioma natal.
Nada ha impedido que hoy, casi medio siglo después, este debut sea un disco mítico gracias a un repertorio (casi) inmaculado repleto de rock´n´roll, sexo, drogas, romanticismo, huidas, muerte, lágrimas, engaños, rabia, disonancia/ruido, terciopelo negro y botas y chupas de cuero. No en vano, incluye caricias pop tan dulces como Sunday morning y I´ll be your mirror; rocks míticos como I´m waiting for the man (la crónica de un yonqui que espera a su camello); clásicos imperecederos como Heroin ("heroína, serás mi muerte/eres mi esposa y mi vida"); y tormentas experimentales, psicóticas y lisérgicas como Venus in furs; The black angel´s death song o European song.
El disco, ahora remasterizado, se reedita en versiones estéreo y mono, con el añadido de otro CD con versiones alternativas, los ensayos del grupo en The Factory, el local-fábrica de trabajo de Warhol, en los que descubrimos inéditos como la casi acústica Walk alone o la sucia, atropellada y larga Miss Joanie Lee; y las sesiones en los estudios de grabación Scepter, solo disponibles hasta la fecha en discos piratas. Además, la edición super-deluxe incluye una caja con 6 CDs, incluidos conciertos en directo, un libro y el álbum Chelsea girl de Nico, para contar "toda la historia" de un álbum y un grupo mítico.