lA famosa rana Gustavo y la cerdita Peggy son auténticas estrellas de cine en el Estado español. Prueba de ello es que el interminable tira y afloja entre la rana Gustavo y la cerdita Peggy ha tenido un nuevo capítulo en Madrid, donde han presentado su nuevo filme, Los Muppets. Ambos aseguran que no han vivido episodios de celos porque "aquí miran a Peggy, pero con otra idea en la cabeza. Como parte del menú", explica el anfibio.

"Siento cierta atracción por ese Museo del jamón, aunque para Peggy es un poco inquietante. Yo sé lo que siente, porque me pasó lo mismo en París", explica la rana Gustavo. Pero cualquier comentario suyo es tomado como un ataque por la conocida cerdita Peggy, que se defiende diciendo: "No tengo miedo. Todos los hombres son aquí mis admiradores".

Los Muppets llegará a las pantallas de cine de todo el Estado el próximo día 3 de febrero, después de haber demostrado ampliamente su rentabilidad en Estados Unidos, algo que no era tan previsible teniendo en cuenta que hacía doce años que no aparecían por los cines las criaturas inventadas por Jim Henson.

Pero para ellos parece no pasar el tiempo. Hace ya 36 años desde su primera aparición en la pequeña pantalla y siguen luciendose y teniendo éxito como el primer día. "Estás magnífica, Peggy. Y sin botox", le dice con ojos de amor su "Gustavín", como ella misma le llama. "No me pongo botox, pero hago otras cosas. Esa sustancia que se inyecta en tu piel para quitarte las arrugas, en realidad viene de los cerdos. Así que no necesito que me la pongan, está en 'moi'", dice la cerdita introduciendo sus conocimientos en francés, los cuales le sirvieron para, en este nuevo largometraje, interpretar a la redactora jefe de Vogue París.

Y así, sin tiranteces faciales y con un papel que en "versión humana" le reportó mucho premios a Meryl Streep en El diablo viste de Prada, espera por fin ganar ese galardón que un día reivindicó desde los premios de la Academia de Hollywood y que, a la vista de este nuevo éxito, quizá por fin consiga: el Oscar Mayer.

Para auparla hacia esa gesta, Los Muppets han vuelto apoyados por las interpretaciones de Jason Segel, quien es a su vez autor del guión, Amy Adams y Chris Cooper y cameos de artistas tan variados como Selena Gómez, Woopie Goldberg, Emily Blunt, Leslie Feist e incluso el veterano Mickey Rooney.

Gustavo (Kermit en inglés, René en latinoamérica, pero que responde a todos los nombres) tiene un truco más fácil: "Es simplemente vivir en el pantano. Estar ahí hidratado, ese es mi secreto", explica la rana.

Ambos se juntan en Los Muppets junto a otros clásicos del programa de Los Teleñecos como Gonzo, Animal o Fozzie, para reivindicar su humor artesano y recaudar los 10 millones de dólares que necesitan para que no destruyan su antiguo parque temático, bajo el cual acaban de hallar un yacimiento de petróleo.

cambios En su vuelta al mundo del espectáculo se han encontrado con numerosos cambios. Por un lado, les ha influido la llegada de Obama al poder y esperan que, tras el llamado Black Power, llegue el Green Power, de Gustavo. "Me gusta el poder verde, tiene un mensaje medioambiental", dice quien hiciera famoso eso de "es duro ser verde". También sucede que, mientras que en España gobierna el PP, la famosa cerdita Peggy se apunte al PPP (Pink Peggy Power).

Pero no solamente la política ha cambiado. El periodismo, profesión que Gustavo ejerció como colaborador en Barrio Sésamo, también se ha visto modificada. "Hace mucho que no ejerzo. Tengo guardada mi gabardina y mi micrófono, pero creo que siempre habrá sitio para un periodista que quiera llegar a la verdad de la noticia", asegura.

Peggy, una vez más, discrepa. "A mí me gusta el entretenimiento. Y ahora yo soy la jefa", dice antes de volver a aplicar a su pareja sentimental una de sus famosas llaves de kárate que no empañan su imagen de "diva del pork".

"He dado consejos a Lady Gaga y ha sido muy obediente", dice en referencia a la pasión que ambas comparten por las pelucas. "También le dije que debería tener una rana y es lo que hizo. Intentó coger mi rana, pero no se lo permití", asegura.

"Acabó comprando un montón de Gustavos de peluche", agrega la rana Gustavo. "Y duerme con ranas Gustavo por todo su cuerpo, por decirlo de alguna manera", concluye.