bilbao. "Es bueno que todavía se vea un disco o un libro como un regalo en Navidad", explica en esta entrevista, en la que reconoce que su hijo solo utiliza su música para ligar y que no le gustaría grabar un tercer volumen "italiano". "Cada vez hay menos riesgo", apostilla.

Después del éxito del primero, esta continuidad resultaba casi obligada.

Pues yo no quería (risas). Ya sabes, lo de las segundas partes… El problema es que la fórmula funcionó, y más de lo que yo pensaba. Era un capricho que tenía desde hace mucho tiempo porque esta es la música que yo escuchaba en la casa de mis padres porque mi madre era muy fan de Adriano Celentano y de Richard Cocciante. A mí me llamaron la atención sus voces, tan pasionales, desde que era pequeño e intentaba imitarles. Yo siempre he sido un payaso y el escenario siempre me ha llamado la atención, aunque sea muy tímido. Recuerdo en las fiestas de Sabadell cómo miraba a las orquestas. Imaginaba que lo pasaban muy bien.

Seguro que estas canciones las cantó en las orquestas de sus inicios.

Claro, con las orquestas en las que me fogueé como músico. Desde aquellos tiempos ya pensaba que si tenía que hacer un disco "de concepto" sería este. Aun así, ¿quién iba a pensar en tamaño éxito? Vía Dalma I fue el más vendido en 2010, con unos 250.000 ejemplares.

Esas cifras, sin piratería…

Serían más de un millón de discos porque ha bajado un 80%. Y este segundo va por muy buen camino, lleva un mes en lo más alto y compitiendo en esta ocasión con grandes compañeros y buenos trabajos, lo que es bueno. Estoy luchando con veteranos como Manolo García y el joven Pablo Alborán, que es la revolución. Este último caso me encanta porque ha logrado salir adelante, y tal y como están los tiempos.

No ha parado de tocar en directo. ¿Cuándo ha grabado estas canciones nuevas?

Lo hicimos en agosto, en 10 días que paramos en la gira de verano, en Italia y con muchos músicos de allí. Alguno, caso de un batería veterano, tocó en alguna versión original, lo que facilita las cosas porque conocen mejor que nadie el repertorio. Debes pensar que, a excepción de Zucchero, que nos dio permiso para grabar también en catalán, el resto son versiones muy respetuosas. Son canciones que casi no puedes cambiar pero con mi sello y carácter. Ese es el reto de este proyecto, enfrentarse a hits de cantantes muy diversos y darles personalidad. Creo que he logrado que suenen a mí.

¿Ha sido más difícil elegir el segundo repertorio?

No creas porque hay mucho donde elegir. Y faltan muchos, de Celentano a Battiato. Aquí se ha consumido mucha música italiana al creer que suena popular frente al supuesto elitismo de la francesa. Recuerdo que fui a grabar a Italia el primer volumen y me decían que estaba chalado, que no iba a vender. Ahora les gusta este homenaje a su música. Sandro Giacobbe me ha felicitado, por ejemplo. Y Ramazzotti, también.

'Vía Dalma II' se acerca más al presente en sus autores.

Excepto La bámbola y El mundo, que son la continuidad del anterior, este tiene un repertorio más actual al centrarse en compañeros de mi generación. El público las identifica más rápido al ser más cercanas en el tiempo.

Con Zucchero repite.

Sí, ya había grabado una canción suya en castellano para un acto a favor de Nelson Mandela. Le descubrí cuando cantaba en una sala de fiestas y todavía no era ni Sergio Dalma. Zucchero rompió moldes porque es el autor menos italiano de todos, es más estadounidense. Lejos de dar problemas, nos ha permitido hasta hacer una versión en catalán de Senza una donna.

Eso, desde Euskadi, se valora mucho.

Nunca lo he hecho en plan reivindicativo y lo hago desde 2003. Y me gusta que vayan en las ediciones para toda España. Si un grupo como Manel es número uno en todo el estado… yo creo que es un signo de normalidad. Hay gente a la que le apetece oírme cantar en mi idioma.

Ha grabado 'Gloria', que sonó en su concierto de Aste Nagusia. Creo que Tozzi es el único autor que repite.

Y Cocciante, con Margarita. Tiene una voz… A mí me encanta porque escribía siempre la típica canción italiana que empezaba lenta y luego iba subiendo. Al grabar Bella sin alma ya me preguntaban por qué no había hecho Margarita. El arreglo de cuerda de esta y otras canciones los ha firmado el director de la orquesta del Festival de San Remo. Palabras mayores.

¿Cuál es el éxito de estas canciones?

Los italianos tienen una forma especial de cantarle al amor. Y luego están las melodías. La música parece estar a falta de ellas últimamente, se va más al ritmo. Y luego está la nostalgia porque van dirigidas en gran medida a gente que las vivió en su día, y que hay una tendencia a programar oldies en las radios.

Cierto, cada vez hay menos riesgo.

Tienes razón. Si presentas un disco nuevo parece que no tienes cabida. A mí me pasó con Trece, en 2010. Es difícil rebelarse porque el intérprete es David luchando contra Goliat. Yo he sido muy luchador y rebelde, pero lo que valoro es trabajar en esta profesión que me gusta tanto. Y para eso suelo mimar al público.

¿Esa 'vía' está ya agotada? ¿Sería excesivo un tercer volumen?

A mí no me gustaría, preferiría que el próximo disco fuera con temas propios. De hecho, hay canciones ya pero lo más inmediato es la gira de Vía Dalma II, que se iniciará en marzo, primero en teatros, antes de la gira de verano, y luego iremos a Latinoamérica en octubre, especialmente a Argentina, donde hay una gran colonia italiana. La banda será la misma, con dos espectáculos diferentes, uno de interior y otro de exterior.

Son dos años ya regalando alegría en Navidad con su música.

(Risas). ¡Qué bueno que se vea un disco o un libro como un regalo! En los años de crisis son recursos asequibles y de calidad. Ojalá sea así… Yo sigo comprando discos, aunque la mayoría en formato digital, los descargo de Itunes.

¿No es de formato físico?

Sí, tocar el disco, mirarlo y machacarlo a escuchas como hacíamos antes… era todo un ritual. Ahora, lo descargo por comodidad, ya que estoy siempre viajando.

Su hijo…

… tiene 16 años y le gusta otro tipo de música. Le gusta la electrónica, que a mí me pone la cabeza… Me dice: 'papá, yo pongo tu música cuando estoy con una amiga, para ligar'. ¡Menudo cabrón! He estado unos días con él en estas fechas pero ya sabe cómo es está profesión. Y con la crisis, más todavía. No se puede decir no, yo la antepongo siempre.